Semana de la lactancia materna. quizá fuera suficiente decir lactancia y ya.
Leí hace un tiempo: toda leche es leche de madre. dejando afuera claro
la de almendra o coco, es tan evidente y sin embargo me impactó tanto
pensarlo. siendo vegetariana desde los 17 no consigo sin embargo
concebir la vida sin "ese quesito" . dicho eso, volverme yo una fuente
de leche para otre cambió todo en mi manera de pensar ese consumo, una
más de las crueldades que naturalizamos como el pan de cada día.
Lo elegido y lo coercitivo tienen todo que ver con la lactancia, y en general con esto que llamamos ser mujer.
Lactancia: experiencia de unión y entrega y al mismo tiempo vehículo de
mucho trauma para tantas. espacio íntimo pero también espacio público
donde somos apoyadas a veces pero también juzgadas tantas otras. el
éxito o fracaso en la lactancia es leído socialmente como síntoma que
permite diagnosticar si se está o no frente a una Buena Madre.
La
culpa por no dar teta (le das complemento...?!) y también por dar
demasiada teta (sigue tomandooo?! todo el día en la teta!). la teta es
entrega que implica un montón de hacer pero también mucho de no hacer:
no distanciarse demasiado tiempo de le hije con todo lo que esto implica
en la vida laboral social personal de una, no drogarse, no escabiar.
Librada de la presión social que todo lo alcanza, la lactancia es sin
duda nutrición y es la continuación del vínculo intrauterino por otros
medios. es amor. es comunicación.
su experiencia conecta con lo que
le pasa a tu hije pero también con la relación con tu propia madre,
contigo misma y lo que sos capáz de dar, lo que querés no dar. te
conecta con la relación con tus compañeres de crianza con quienes la
teta expone asimetrías en las posibilidades de cuidado: asimetrías
imposibles de eludir y que requieren laburo para re configurar
igualdades.
la lactancia fue para mi uno más del tsunami de asombros
que la maternidad me trajo y que ningún libro o relato ajeno es capaz
de anticipar
Celebro la lactancia pero no la romantizo, ni defiendo
la palabra "natural" en nuestras vidas, tan construidas en torno a
consensos cambiantes (arbitrarios) que van moldeando nuestras formas de
vivir.
sí a la lactancia, a ese momento de secreto ancestral en el
que la vida te sale literalmente por todos los agujeros. y no al
paradigma mentiroso del "cada una como lo sienta" pero la mirada de
reojo sí no lo sentís como hay que sentirlo.
Hoy estoy a un año y
cuatro meses de teta, a veces la experiencia más hermosa, a veces el
cansancio, la impaciencia, la intuición de que todo proceso de unión y
desunión tiene momentos de armonía pero también sus fricciones, sus
dolores, sus tironeos.
La vida misma.