jueves, 18 de junio de 2015

Sangre Escénica sobre SAVIA de Marcos Ramírez Harriague









TEXTO ORIGINAL COMPLETO: 

SANGRE ESCÉNICA
Savia de Marcos Ramírez Harriague en el Ciclo Montevideo Danza.

Es frecuente que cuando nos referimos a la nueva obra de un artista, pensemos en ella en tanto unidad o proposición sui generis, olvidando que en la práctica las diferentes investigaciones creativas y proyectos por los que un individuo o grupo transitan, se retroalimentan y contaminan de forma determinante y continua en el tiempo. “Savia” explota esta continuidad transversal a diferentes proyectos y se propone sistematizar una metodología de trabajo que el equipo de dirección investiga desde el 2011.

Marcos Ramirez Harriague es un creador relativamente jóven (nacido en 1987) aunque ya experiente en el rol de dirección, que desempeñó en proyectos anteriores tales como “¡¿Otra vez arroz?!” (2009), “Matilde” (2012) y “La Pecera” (2014). Actualmente becario del FEFCA en el área de danza, su linea trabajo es sin embargo difícil de clasificar en términos de estéticas o lenguaje, ya que diverge tanto de las convenciones teatrales más clásicas como de ciertos consensos implícitos en el campo de la danza contemporánea. Según él mismo, su formación se ha dado en el tránsito entre las artes escénicas y la psicología, intersección desde la que el creador formula su actual proyecto escénico titulado “Savia”.

En conversación con la diaria, Ramírez comentaba que su investigación de larga duración consiste en la creación y búsqueda de material escénico basado en la experiencia de vida de cada intérprete: “Más allá de la formación de los creadores, me importa conocer y acompañarlos en sus propias búsquedas haciendo que aflore desde la expresión parte de su verdad.”

Ramírez maneja el concepto de "verdad escénica", cuyas resonancias son diversas y dialogan con diferentes posibles enfoques que van desde el realismo teatral, al método stanislavskiano o teorías sobre la representación. Al preguntarle sobre el significado del término en el marco de su investigación, el director nos respondía que “es un concepto que nos identifica como grupo y que se relaciona a la implicancia del interprete creador con el material que pone en la escena, es a su vez la búsqueda de un lenguaje que promueva la resonancia afectiva con el espectador y su verdad. Es estar permeable al momento presente permitiendo que el movimiento emerga desde la sensación y no solo desde la forma.”

De acuerdo a estos objetivos, el proceso creativo de “Savia” consistió en palabras de su director en una “búsqueda genealógica tanto individual como colectiva. Un proceso de reencuentro con los patrones y roles propios de nuestras familias” que atiende a la necesidad de “generar espacios que promuevan y habiliten el trabajo con y desde la vulnerabilidad, entendiéndola como potencia. Alejándonos de lugares conocidos y confortables para habitar incomodidades y afecciones que produzcan desde lo nuevo, desde lo auténtico.”

El grupo de trabajo de “Savia” - cuyo elenco está conformado por Marco Benvenuto, Carolina Fernandez, Macarena Gonzalez, Daniel Pena, Pilar Roselló, Verónica San Vicente y Axel Silva, y que cuenta con un grupo no menor de colaboradores entre quienes se encuentran Lia Ramirez Harriague, Sofía Lans, Pablo Muñoz, Pablo Auliso, Andrea Auliso, Macarena González, Bruno Guerra, Axel Silva - fue convocado para la creación de “La Pecera” y en su sinergia dio lugar a esta nueva creación que responde a la invitación de Leonardo Durán y Tamara Cubas para participar del ciclo de Montevideo Danza 2015. Por la temática que convoca y las herramientas que emplea, la presentación de esta obra dentro de un ciclo de danza contemporánea plantea un encuentro interesante: el de un proyecto basado en el concepto de verdad escénica y en elementos teatrales y biográficos de representación por un lado, con un lenguaje artístico que vivencia desde hace décadas una fuerte crisis ante conceptos como verdad, representación o autenticidad, por otro.

Es un hecho que en los últimos años, Ramírez ha sido premiado con diversos reconocimientos y apoyos y en tanto creador jóven ha contado con espacios para la investigación y presentación de su obra. En esta instancia aspira a que Savia despierte en el público la posibilidad de reflejarse en nosotros viendo sus propias historias, fantasias, secretos y verdades familiares”. La propuesta se propone un objetivo ambicioso y si logrará o no inducir (e inducirnos) a esta relación de identificación y afecto, es una verdad que sólo podremos descubrir concurriendo a verla y una vez que la savia esté corriendo por las venas de escena.



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