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textos publicados e inéditos escritos por lucía naser (y en colaboración con otrxs)
viernes, 30 de octubre de 2015
me hicieron una nota
en el marco de A Puro Cuerpo, Costa Rica y a propósito de los talleres de crítica y escritura, de improvisación y de ERROR404
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viernes, 23 de octubre de 2015
El tiempo abierto y su después. Sobre "como se vuelve siempre al amor" de Yvonne Pahlen
El tiempo abierto y su después
sobre como se vuelve siempre al amor
Sábado 24 de octubre. A las 20 hs. Entrada libre, Teatro Florencio Sánchez. Grecia y Norteamérica. Cerro
Versión pre-editorial:
El sábado 24 de octubre se presenta en el Teatro Florencio Sánchez del Cerro la obra de danza Como se vuelve siempre al amor, con dirección de Yvonne Pahlen y con elenco integrado por las bailarinas-creadoras Daniella Pássaro, Laura Pirotto, Ruth Ferrari y la propia Pahlen, artistas con décadas de dedicación a las artes escénicas desde diferentes roles (coreógrafas, intérpretes, docentes, vestuaristas, investigadoras). La gira de la obra por el país – posibilitada por el Fondo Concursable MEC 2014 - comenzó en Las Piedras, siguió por Maldonado y Vergara (Treinta y Tres) y culmina en Montevideo.
Como se vuelve... aborda los años de la dictadura en Uruguay, tema que ha aparecido reciente y reiteradamente en las creaciones de coreógrafos como Tamara Cubas, Grupo Ménades, Leticia Ehrlich, Martín Inthamoussú para nombrar algunos. Si esta convergencia temática da cuenta de un diálogo o de su necesidad, es curiosa la reiteración de la imágen del viaje -ir y volver y volver a aquellos años, al país del exilio, al sur, al recuerdo de aquel régimen político, a la memoria y activación de la resistencia - como punto de partida o de llegada para convocar al público a asistir. Lo que diferencia a esta propuesta las recién nombradas es que sus creadores pertenecen a una generación que vivenció en “cuerpo propio” la dictadura y implicaciones. Volver cobra en este marco una cualidad de memoria en primera persona y un registro primordialmente geográfico, aunque lo personal se toca con lo público y con lo político y lo geográfico con lo político y con lo histórico de formas indiscernibles.
“Cómo vivimos en los años de dictadura. Cómo volvimos siempre a la vida, a nuestras vidas, al país amado, a los amores, al amor. Cómo resistimos y hoy estamos acá. Una mirada desde el cuerpo, los objetos, las sensaciones, la emoción, la cotidianidad, enfocada sobre los puntos más luminosos de una peripecia humana de carácter local y universal.”
En la ficha técnica hay lugar para roles poco frecuentes como “contemplación artística” a cargo de Jorge Rivas y asistencia de dirección a cargo de Carina Gobbi. La iluminación está a cargo de Ignacio Duarte, el sonido de Alejandro Tuana y el vestuario de Verónica Mosquilo.El título de la obra es tomado del tango “Vuelvo al sur” (Piazzola-Solanas) interpretado por Goyeneche en la película “El exilio de Gardel”.
Tras dos años de proceso - un período que excede la media de procesos creativos contemporáneos temporizados para acompañar los ciclos de llamados a proyectos más que a las necesidades de la propia obra – Pahlen afirma que necesitó que pasaran 28 años de lo que llama “la vuelta” del exilio político para poder compartir su mirada sobre este tema.
“Se tarda en hablar cuando se ha vivido el destierro , la persecución , la cárcel la tortura , la vuelta , la resistencia …hay un tiempo que tiene que pasar para formular desde cualquier ámbito del arte o del cotidiano para poder NOMBRAR”. Pasado ese tiempo y ante la presentación en Montevideo de esta obra hablamos con su Pahlen sobre la propuesta.
¿Por qué y cómo hablar del tema de la dictadura hoy?
“En 1972 yo me fui forzada al exilio por militar en un movimiento clandestino. Volví en 1987 y me sentí privilegiada de volver con un hijo de la mano, sana, joven, sintiendo que llegaba teniendo una oportunidad. El Río de la Plata me recibía. Recién ahora encontré una forma de compartir lo que había vivido y lo que sentía. Cuando una tiene algo para contar es casi una responsabilidad social el hacerlo. Desde ese deseo y esa responsabilidad hago esto. No solo me fui de Uruguay, también de Santiago de Chile. Fue casi un doble exilio. Y la vuelta, que es otra parte del exilio. Demoré 28 años en expresar todo eso, tal como están haciendo tantas personas, y lo hago de esta manera, que es la mía. Así concebí como se vuelve siempre al amor.”
¿Como ves la reflexión otros artistas hacen sobre el período de la dictadura desde las artes escénicas en Uruguay?
“Todas las obras de arte escénico sobre la dictadura me impactan, lo cual no significa que necesariamente comparta su lenguaje. Admiro a los que tienen el coraje de poner en escena obras de danza sobre situaciones tan vigentes, tan comprometidas. Por el camino que sea. Por eso Peter Brook por ejemplo me parece un director a tener en cuenta. Él no hace danza, pero hace teatro responsable como lo llama él y siempre te impregna de algo cuando ves sus obras, su tratamiento de lo humano.”
¿Cómo fue que llegaron a este equipo de trabajo?
“El equipo de como se vuelve siempre al amor está formado por gente con la que yo tengo una empatía particular por su modo de encarar la vida y de convivir en creación. Conozco a las bailarinas desde hace 20 años o más, lo mismo a Carina Gobbi. Es gente con la que tengo en común códigos y experiencias de vida. Dado mi método de trabajo, para esta propuesta solo podía trabajar con un equipo así. Entre esas experiencias de vida compartimos lo que nos pasó y lo que hicimos a partir de la dictadura: resistir y volver, volviendo al amor. Algunos se quedaron en Uruguay, otros conocieron o conocimos la cárcel y vivimos el exilio y la vuelta, otros nacieron como hijos de exiliados o de desexiliados; todos conocimos personas con familiares o amigos desaparecidos o muertos en tortura o que tuvieron hijos en cautiverio. La entrega y el compromiso de la parte del equipo que “no se ve” en el escenario en esta obra es muy importante.”
Historia (im)personal
Sobre cómo se vinculan experiencias políticas y experiencias artísticas Pahlen decía:
“Yo quería que Uruguay cambiara para que fuera mejor. No cambió y me echaron en el momento en que me imaginaba toda una vida. Fui a parar a una situación doblemente desgarradora con el golpe de Estado en Chile. Y ese desgarro me dio otras oportunidades, porque encontré la manera de volver a mis intereses, a mis compromisos, a mi plenitud, siempre con la vuelta allí, como algo natural, siempre presente. Para mí, que volví al sur bailando y sé por experiencia que se vuelve siempre al amor, esta propuesta que promuevo y en la que hemos trabajado durante dos años es la única manera de abrazar una temática que me atañe y que atañe a mis compatriotas y a tanta gente que en el planeta vive y ha vivido en dictadura.”
La obra cuenta con apoyo del FC y de un sponsor privado y se presenta en un circuito que no es el más convencional. Indagamos sobre el porqué y el cómo de los espacios elegidos:
“El formato del Fondo obliga a presentar la obra en tres departamentos y a hacer una función en Montevideo en un barrio que no pertenezca a la costa este. Elegimos en Las Piedras una sala no convencional: la parte de exposiciones del Pabellón del Bicentenario, una estructura maravillosa de hierro y vidrio sobre el monte de la histórica batalla, a la que la Intendencia está apostando mucho. Nosotros la llamamos “la pecera”. En Maldonado estuvimos en el Teatro de la Casa de la Cultura, que tiene un gran arraigo en la población, un público consecuente, una sala preciosa y un técnico, Richard Pedemonte, que con su sabiduría enriquece cualquier espectáculo. Después Vergara, en Treinta y Tres, nos sumergió en ese Uruguay profundo con el que se pone a prueba cualquier presentación. Allí los aplausos fueron de una calidez muy elocuente. En todos lados fue gente de todas las edades a vernos y recibimos mucha ayuda espontánea para resolver el montaje. Cada espacio elegido nos presentaba su propio desafío. No los elegimos por la comodidad, sino porque creemos que ese espíritu circense de “montar el tinglado” le hace mucho bien a la creación. Ahora le toca el turno al Florencio Sánchez del Cerro.”
¿Cómo describirías las herramientas que emplearon durante el proceso de creación?
“Hemos trabajado en un largo proceso de dos años, única manera para mí de abrazar una temática que requiere y merece mucho cuidado. El “trabajo sobre sí” ha sido parte de la metodología, para que cada bailarina (y cada técnico) encontrara sus puntos de contacto, sus contenidos, sus formas expresivas. Esto se refleja en la totalidad de la obra, en la que pueden apreciarse distintos planos, más o menos internos, más o menos tangibles y en la que cada espectador puede encontrar sus propias lecturas y emociones, en la que cada uno puede volver a sus emociones y, a su manera, al amor. Lo que se llama “armonización y danza” también fue una herramienta, un arte que practico desde que volví a Uruguay y que incluye el clown, el yoga, la improvisación, el autoconocimiento.
Parte importante del trabajo creativo fueron las entrevistas a personas que podían testimoniar su experiencia, que desde su lugar mostraron su propia y empecinada vuelta al amor. Y hubo tres libros fermentales. El Oblivion de Edda Fabbri, que cuando lo leí sentí que me daba el permiso y me habilitaba a contar a mi modo, que tiene mucho que ver con la manera en que ella cuenta, con la celebración siempre presente e incluyendo el dolor de una forma muy generosa hacia quienes no lo vivieron. El libro de Carlos Liscano El furgón de los locos, un hombre torturado a morir que a lo largo de todo el texto habla del cuerpo como su amigo, su “animal amigo”. Y para poder aludir sin nombrar, mi marido me regaló Cuando el emperador era dios, de Julie Otsuka. Daniella Pássaro lee unos párrafos de este libro en una escena que puede estar ubicada literalmente en un campo de internación para mujeres y niños japoneses en Utah, en Estados Unidos, durante la Segunda Guerra mundial, o en un dormitorio donde una madre entretiene a sus hijos en una tarde de lluvia o en una celda donde una compañera lee para otras como parte de la rutina diaria.”
Ante el pedido de algunas palabras que su directora quisiera compartir con el público en relación a la obra, Yvonne elige 3 sustantivos y 3 verbos:
“Delicadeza, pudor, potencia. Y volver, leer, recibir. En esta obra cada espectador hará su propia lectura, si se enfrenta a ella dispuesto a recibir lo que ella le entrega, sabiendo que va a entender en primer lugar con los sentidos y el corazón, porque es difícil que haya otra forma de volver, que es a eso a lo que se lo invita.”
sábado, 10 de octubre de 2015
Semillas enterradas de futuros. Sobre Llévame al lugar donde estuvimos antes en el CMD
Sobre Llévame al lugar donde estuvimos antes de Paula Giuria
con Alexandra Galceran, Manuela Casanova y Seida Lans
Martes 6, Miércoles 7 y Jueves 8 de octubre / 20:30 hs
Sala Zavala Muniz / Teatro Solís
Ciclo Montevideo Danza
Llévame al lugar donde estuvimos antes es la última obra dirigida por Paula Giuria, una artista de la danza con décadas de profesión y trabajo en y por el colectivo. La presencia de Giuria en la escena dancística uruguaya (tanto en la espectacular como en la comunal) data del año 1996, época por la que iniciaba sus primeras colaboraciones con Contradanza - grupo pionero de la danza contemporánea en nuestro país - para luego colaborar como intérprete o co-creadora con múltiples coreógrafos de la escena nacional e internacional.
Además de su trabajo artístico que le valió recientemente un premio FEFCA 2014-2015 a la creación, Giuria es la fundadora y directora del Festival de Danza Contemporánea del Uruguay, una iniciativa independiente que desde el 2012 ha contribuido enormemente a la maduración de la DC uruguaya y a la diversificación de los circuitos de intercambio de sus artistas y obras con el afuera. (1)
La línea de investigación de Giuria como coreógrafa da cuenta de su fluida comunicación con otros artistas y de su indagación permanente de nuevas y viejas estéticas dentro del campo de la DC. También de que Giuria piensa, experimenta y coreografía cuerpos, en diálogo y tránsito con otras áreas de conocimiento (y desconocimiento).
Giuria entiende y practica a las políticas estéticas y éticas como inextricables. Esto hace que sus metodologías de trabajo y procesos de creación estén atravesados por (o incluso den inicio en) la pregunta ética de cómo trabajar/crear/relacionarse con otros?
Las últimas obras de Giuria tienen un carácter intraducible y son pensadas desde preguntas que aunque formuladas verbalmente, se derivan y se investigan desde las experiencias del cuerpo y desde la intersección entre conocimientos tan diversos como los provenientes del campo del arte, de la fisiología, la neurología, la medicina, la historia.
La forma sigue a la función
El interés por la exploración formal también caracteriza al trabajo de Giuria que en este caso se deja afectar por el vanguardismo bauhausiano de los años 20 y su expresión más conocida en la danza: el ballet triádico de Schlemmer.
De sus últimas creaciones - Cuero crudo-objeto-neurona espejo, IN situ SLP y Me sitio - los montevideanos vimos esta última como parte de la programación de la pasada edición del mismo ciclo Montevideo Danza.
Llévame…propone desde su título el regreso a un lugar cuya memoria y significatividad re-existe de modo colectivo, poniendo de manifiesto la necesidad de los otros para recordar dónde se estuvo o estaba, o quién fue una allí, o el período temporal del acontecimiento. El proyecto parte de una investigación titulada Second Hand (“segunda mano”) que se propone crear a partir de aquellos materiales descartados durante los procesos creativos, recordándolos para así dejar al cuerpo (o a otros cuerpos) afectarse por ellos una vez más. La intención es “Visitar desechos coreográficos es ir a buscarlos, rescatarlos, traerlos a la memoria, releerlos, profundizar en ellos y de pronto, volver a amarlos. Rescatar también el trabajo desde el inconsciente, de la intuición, de un lugar difícil de nombrar con palabras, tan específico como inaprensible.”, dice el release de la obra.
Si la danza conceptual con la que una gran parte de la contemporánea se identifica ha intentado hacer converger pensamiento teórico con el del cuerpo que piensa - marginando en parte a otros fenómenos que suceden en y entre los cuerpos como la emoción, el afecto, lo inconsciente o lo pulsional -, este proyecto enuncia su deseo de explorar a partir de ellos.
El regreso o reciclaje de ciertos materiales del pasado y lo que nos hace (o no) volver a ellos, es una pregunta que resignifica el valor atribuido a lo “desechado” o de segunda mano a través de su expansión coreográfica, de su reconversión poética en otra cosa. La meta de deconstruir el aura de “lo original” en el arte ya parece haber sido suficientemente explorada, y no es éste el objetivo de esta indagación coreográfica.El interés de Llévame... no es la reconstrucción ni la recuperación de la esencia original de una obra del pasado, sino recuperar y crear a partir de aquello no seleccionado, de lo descartado, de los restos de una creación coreográfica. El proyecto explicita simultáneamente una característica de la producción artística: la del exceso de materiales que emergen durante horas y horas de ensayo, y del que luego una pequeñisima parte integrará la “coreografía final”. Qué sucede entonces con todos esos otros materiales? con todas esas otras experiencias?
La propuesta dirigida por Giuria devela que en toda creación hay un exceso y en toda selección un resto valioso, aunque quizás es precisamente el fundamento para la atribución de dicho “valor” lo que esta investigación pone entre signos de pregunta.
Para esta obra de segunda mano, Giuria re utilizó no sólo material de deshechos coreográficos sino también del material humano, invitando a 3 intérpretes presentes previamente en sus trabajos y específicamente en Me Sitio: Alexandra Galceran, Manuela Casanova y Seida Lans, además de las colaboradoras Leticia Skrycky y Lucía Yáñez, también cómplices en anteriores creaciones.
Hace poco leí una cita que decía algo así como que la memoria propia es la mejor fuente de documentación entre otras cosas porque si falla será porque no era necesario conservarla. En la memoria no existe algo así como el préstamo o la pérdida sino que se tiene algo o no en el archivo según es útil y necesario o no lo es. El modo en que el cuerpo practica la memoria quizás también podría pensarse de esta forma: en tanto archivo que muta a medida que incorpora nuevas informaciones y las transforma radicalmente es su contacto con otras. El cuerpo es un archivo y archiva un cuerpo, que solo puede existir en un presente que no conoce de originales sino de experiencias. El regreso de no siempre es el retorno a; a veces puede ser un punto de partida. Por que como dice Benjamin “Si el pasado insiste, es debido a la demanda inevitable de la vida para activar en el presente las semillas de sus futuros enterrados”
(1) Sobre FIDCU en la diaria
2015
2014
2013
2012
(2) Benjamin, Walter. Sobre el concepto de historia. 1940. cita original: “If the past insists, it is because of life’s unavoidable demand to activate in the present the seeds of its burial futures”.Benjamin, Walter. On the Concept of History. 1940.
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