Disponible en: <https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/5/sexta-edicion-del-festival-internacional-de-danza-contemporanea/>.
Texto completo:
Nunca antes, nunca más: festival contemporáneo de danza
Sobre la Sexta edición del FIDCU. 3 a 10 de mayo en varias salas.
Hoy a las 17hs en el Auditorio Adela Reta el Festival Internacional de Danza Contemporánea lanza con brindis y dj su sexta edición que va hasta el miércoles 10 en diferentes espacios de Montevideo. Bajo la dirección de Paula Giuria, la curaduría de Giuria junto a Vera Garat, la producción general de ellas y Catalina Lans, y la dirección técnica de Leticia Skrycky, Erica del Pino y Santiago Rodríguez Tricot, el festival muestra signos de maduración sin conservadurismo. El FIDCU es un lindo ejemplo de cómo algo puede institucionalizarse sin cerrarse y entablando siempre nuevas y diferentes claves de cooperación, colaboración y sustentabilidad.
No es frecuente pensar en un festival como una obra en sí misma, sin embargo, proyectos independientes y creativos como este hacen plausible la comparación. FIDCU es producido desde el aprovechamiento de recursos disponibles, la potenciación de fuerzas colectivas en colaboración, la estética hermanada con la gestión, una curiosidad en movimiento sobre los discursos y relatos curatoriales que se tejen al juntar ciertas obras en un lugar, un estudio sobre mediación y públicos, y una preocupación política y estética por acercar las formas exhibidas a sus procesos de producción. El festival es un “estado de encuentro”, una oferta inusualmente rica, diversa y concentrada de danza contemporánea, la posibilidad de formarse en sus talleres gratuitos o obras para artistas locales, la posibilidad para artistas internacionales de actuar y crear en Montevideo, y el fruto de una constante negociación entre redes autónomas, tendencias estéticas, exigencias del mercado y políticas culturales. Todo esto y un gran equipo (no en tamaño pero sí en calidad) da forma y sostiene al FIDCU.
A la hora de invitar a ver danza, la contemporánea no es de las más fáciles pero no por eso diga no. A veces valen la pena las curvas lentas de aprendizaje. En la última década, la DC se ha desmarcado de las formas identificadas como “danza” mientras intenta problematizar - en algunos casos para desecharla y en otros casos para redefinirla - el concepto de coreografía. Como han observado diversos artistas e investigadores los coreógrafos están experimentando con nuevos modelos de producción, formatos alternativos, han extendido la comprensión de coreografía social considerablemente y están movilizando fronteras innovadoras respecto a auto-organización, empoderamiento y autonomía. La coreografía se redefine a sí misma para incluir artistas y otros que usan estrategias coreográficas sin necesariamente relacionarlas a la danza y al mismo tiempo busca continuar incluyendo a coreógrafos involucrados en prácticas como situaciones de ingeniería, organización, coreografía social y movimiento así como expandirse hacia estrategias cinematográficas y de documentación, repensando la publicación, exhibición, muestra, mediatization, producción y post-producción (Hildebrandt 2013).Como señala Hildebrant, la coreografía está experimentando una verdadera revolución. Este diagnóstico ha sido asociado al “fin de la coreografía” pero quizás este aparente fin sea en cambio su futuro. En esta línea, en su sexta edición el FIDCU apela a formatos bastante clásicos de obras escénicas pero también a experimentos que juegan en el borde del campo y del palco; obras menos preocupadas por la inscripción disciplinar o rigor formal que por producir nuevos pensamientos, relaciones y experiencias. No es casual que la primer actividad del cronograma de FIDCU ponga en la Hugo Balzo a “Hormigonera”, creación colectiva de Del Pino, Rodríguez Tricot, Rossi Giordano, Ruétalo Luccini y Skrycky que se propone trabajar en los lenguajes de espacio, materia, luz y sonido y “dejar hablar a las cosas para ponernos en relación con el lugar que se dispone”. A través de prácticas intermediales y la relación con colaboradores e interlocutores, el proyecto es escénico pero también tiene forma de archivo que funciona como mapa de y para su hacer (hormigonera.uy)
Si hubiera que hacer un mapa de las líneas curatoriales de este FIDCU 2017 tal vez sobresaldrían: el énfasis en obras que exploran la historia de danzas y cuerpos; obras interesadas por modos de discursividad y enunciación y por la relación entre danza y lenguajes; exploraciones sobre prácticas rituales y colectivas; e investigaciones sobre y desde la materialidad del cuerpo y sus formas de presencia.
El futuro es la historia
La historia o “giro historiográfico” viene siendo un eje clave de la creación en DC que no sólo pasa por un período de obsesión con su propio pasado en tanto campo artístico, sino que se dio cuenta de su capacidad para crear herramientas potentes para revertir el lugar de subalternidad de los cuerpos y sensibilidades en los relatos hegemónicos sobre procesos históricos.
“Proyecto continuado” del portugués João dos Santos Martins citará desde la sala principal del Solis una pieza icónica del surgimiento de la DC para continuarla recurriendo a una “idea” de coreografía que la piensa como tecnología que verifica, activa y transforma las relaciones entre individuos. La creación se propone pensar y operar sobre la forma en cómo la coreografía y la danza establecen patrones ideológicos que reafirman o discuten los regímenes éticos y estéticos dominantes.
En diálogo con las ciencias biológicos “Extinto” es una co creación de las uruguayas Luciana Bindritsch y Carolina Silveira y se consume en un solo que danza sobre el “concepto de extinción como un proceso necesario para la evolución”, aceptando que el fin y el inicio pueden encontrarse en un mismo punto.
Desde Suecia y Portugal, Dinis Machado presenta “Paradigma”, un intento de escapar del antropocentrismo y las esencias culturales, explorando en un “folklore de bricolaje para cuerpos con identidades borrosas” y en los modos de construcción y funcionamiento del cuerpo trabajador que “produce símbolos abstractos con materiales concretos y una compleja ingeniería casera”.
Por su parte, los jóvenes creadores chilenos Paula Baeza Pailamilla y Kevin Magne proponen en “Primitiva” una reflexión coreográfica sobre “el pensamiento de los cuerpos originarios en nuestro territorio local y continental”, indagando en los procesos de memoria e identidad de los cuerpos mestizos sujetos a violencias históricas desde la colonización hasta el presente.
En la línea histórica “Sapucay” de Chroma Teatro y dirigida por Juan Pablo Miranda (España), propone conectarnos con “los restos de lo que fuimos un día” a través de un grito de guerra que nace de la conexión entre carne y memoria y entre tres mujeres que sobreviven en paisajes ásperos, míticos, distópicos.
Discursos y formas de enunciación
Al igual que es raro pero necesario presentar obras escénicas y coreográficas a través de palabras (como ahora), algunas obras reflexionan por la vía performativa sobre la tensión que parece irresoluble entre formas de bailar, de decir, de significar, de pensar, de enunciar. Este complejo universo de modos de enunciación es tratado en obras como “Overstatement/ Oversteinunn: Expresiones de expectativas” en la que la islandesa Steinunn Ketilsdóttir investiga en el género de las declaraciones y manifiestos, cuestionando las expectativas levantadas por performance, performer y público. “Si pudiera hablar de esto no haría esto” de la española Janet Novás explora por su parte las relaciones entre lo existente, lo visible, lo que es sin ser nombrable y lo innombrable, lo verdadero, lo (im)perceptible, lo que nace y muere en un instante. “GAG” del colectivo Brasilero-español Qualquer es una pieza en la que Luciana Chieregati se pregunta qué se produce en la sobredosis de significados que interrumpen una lógica de relaciones de superposición entre el cuerpo y las palabras. Por su parte en “Olympia” y “Lo que podemos decir de Pierre” la consagrada portuguesa Vera Mantero investiga intersticios, superposiciones y contrastes entre su cuerpo en escena y los textos escritos y orales de Jean Dubuffet y Gilles Deleuze respectivamente, así como la pintura “Olympia” de Manet. En este bloque también podríamos situar la obra de Dinis Machado (Portugal-Suecia) que titulada “Barco Dance Collection” convierte al rol de director en el de curador y al de coreógrafo en bailarín que pide ser coreografiado componiendo un collage escénico en su propio cuerpo y a partir del deseo de ser atravesado y movido por obras no propias
El ritual de lo imposible y la materialidad del cuerpo
La búsqueda de la comunidad y las tensiones entre la materialidad del cuerpo y sus relaciones con lo imposible o utópico también aparecen en varias de las obras programadas. Ejemplos de ello son el estreno de “Bordeando lo imposible”, creada por Florencia Martinelli junto a un colectivo de artistas en un proceso que comenzó durante sus estudios en España; “Caravana Sísmica” dirigida por Carolina Guerra y creada desde un colectivo ritual deseoso de resistencia, de estar juntos, de cruzar arte y vida y lo formal y lo visceral; “Episodio III: una obra adolescente para todo público” (proyecto que coordiné) que pone en escena el trabajo de adolescentes de Rocha y Maldonado sobre la improvisación de consignas imposibles, la telepatía, el error y las decisiones colectivas; y de “Enigmas como ofrendas para el pozo” dirigida por la joven Julieta Malaneschii junto a un grupo que se adentra en la incertidumbre haciendo de su nosotros una ofrenda.
“Tangible” de Adriana Belbussi Figueroa, “Permitirse estar” de Natalia Faria y la dirección de Lucía Bidegain, indagan en la materialidad del cuerpo, en su carácter tangible, finito y frágil, en referencias pasadas y actuales que afectan al cuerpo y en la singularidad de vidas y muertes”. También de Uruguay se presenta la creación “Un ataque de caspa” de las artistas de la performance María Noel Langone y Mariana Picart que se anuncia como “pura realización del movimiento que transforma alquímicamente el dolor en juego de sentidos” y la obra “Videoclip” de la pareja de uruguayos transeúntes Magdalena Leite y Aníbal Conde que expondrán en forma escénica la investigación que vienen desarrollando hace algunos años sobre el videoclip como medio para la diseminación de prácticas coreográficas relacionadas a la formación de gustos estéticos generacionales que forman lo que podríamos llamar “cultura pop contemporánea”.
Si les da el aliento para todo esto, el FIDCU desafía qué puede un espectador e invita además a participar de las “Tormentas temáticas” - charlas que se realizarán en Entre e INAE - con el objetivo de generar un marco de discusión e intercambio en torno a temas centrales que se desprenden de obras e intereses de artistas participantes de ésta edición; un diálogo entre diseñadores y técnicos de artes escénicas; el ya clásico “Encuentro de Artistas ETC” que reunirá en GEN a profesionales que combinan la práctica artística con la docencia, la investigación, la producción, la gestión y la curaduría, y pasa por una y otra sin encontrar incompatibilidades ni buscar la especialización; las aperturas de las residencias co-gestionadas por el Programa Artistas en Residencia (PAR) y Plataforma VA: “Tierras” de Rebeca Medina, Carly Czach, Cecilia Lussheimer; “90 supercluster de Virgo” del Colectivo Micro de Argentina y “Pepo, la mirada es de Otros” del uruguayo Marcelo Marascio.
La invitación está hecha para la danza, este lenguaje hermano del acontecimiento, de eso que no es hasta que sucede, y que una vez realizado no se repite (al menos no sin diferencia) nunca más. En tan solo un rato comienza la función y dura siete días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario