El fin de semana pasado se bailó en Montevideo el 6 ° Festival de Contact Improvisation en el ISE, invitando a bailarines, movientes y personas interesadas y sin discriminación de los niveles de experiencia. Entre sol, estudiantes en fase de cierres y exámenes, partidos del apertura y la agenda de fin de año que ya empezó a apretar, el festival tuvo 4 días y como invitada especial a la norteamericana Karen Nelson que habiendo estado cerca del proceso de creación del contacto-improvisación (en adelante CI) trajo varios de sus principios fundamentales así como su propia interpretación del espíritu/filosofía con el que dio inicio la exploración de esta técnica con ya cuatro décadas de existencia y dispersión por el mundo.
Además de las actividades “entre actividades” - imprescindibles para cualquier festival por la convivencia e intercambios no previstos que ofrecen - hubo talleres con Graciela Figueroa (UR), Karen Nelson (EEUU), Marina Tampini (AR), Catalina Chouhy y Ruth Ferrari (UR) y Nora Hajòs (EEUU), jams, la presentación de un libro, una noche de performance, la visualización de videos y una entrevista abierta a Nelson.
Con alrededor de 40 participantes el Festival funciona casi como un grupo de investigación cerrado; no hay clases simultáneas y solo el jam de la noche de performance es abierto, por lo que los participantes comparten todas las instancias. Doce horas por día disponibles para tomar clase y practicar contact improvisation juntos, precedidos por un encuentro inaugural y más festivo. El cierre de cada uno de los días fue jameado, improvisando y ofreciendo a quienes aún tuvieran energía la posibilidad de re-explorar lo que había sido investigado en el día. El contact y la improvisación tiene un aspecto adrenalínico que pareciera capaz de superar cuando aparece cualquier fatiga, cansancio o pereza. En el juego de improvisación compartido, no se trata de administrar o “guardar” energía sino por el contrario, de buscar algo así como una reenergización en movimiento. La quietud no siempre es la forma más eficiente de descanso. Mucha danza.
En el tacto del contacto
Toda danza es un signo (cuando hay al menos un cuerpo presente ante otro que mira) y al mismo tiempo una experiencia. Esta doble condición está presente en el CI, que según los diferentes abordajes combina o aísla uno de estos aspectos para desarrollar habilidades e investigaciones al respecto. Trabajando desde la improvisación, el contact hace emerger formas poéticas inextricablemente ligadas a la experiencia que los bailarines están teniendo de una situación compartida. Desde la terapia hasta la escena, el CI es objeto de muchas investigaciones y abordajes y de eso dio cuenta la serie de talleres ofrecidos durante el festival, que nos ofreció la posibilidad de conocer el trabajo y las formas de trabajo de los creadores de la técnica.
El CI no tiene “forma” sino que consiste en una serie infinita de desafíos, de preguntas y problemas (sí buscados) que mantienen al cuerpo en estado de investigación y a la famosa “mente” intentando no disociarse o tomar atajos. Cómo componer en tiempo real junto con otros (y eventualmente para otros), cómo entrar en contacto con otros abriendo espacio para lo impredecible, cómo rodar, caer, perder el eje, saltar, volar, decidir, escuchar, son algunas de las preguntas que movieron las danzas y que nos movieron.
Juntando a maestros de diversos países, el Festival nos dio acceso a sus investigaciones personales pero también al saboreo de las cualidades que el CI adopta en los diferentes lugares y comunidades en los que es practicado. Mientras que el taller de la uruguaya Graciela Figueroa estuvo cercano a las técnicas de armonización corporal que ha desarrollado a lo largo de años de investigación, la argentina Marina Tampini propuso una experiencia donde la palabra estuvo muy presente y en el que la pregunta ¿qué nos mueve? fue punto de partida para la navegación. Duarte y Chouhy (organizadoras del festival) ofrecieron un taller que comenzó con un masaje - manipulación para luego continuar en una danza que jugaba con la posibilidad de que el otro de nuestros dúos formara parte de la propia conciencia. Desde más lejos (pero más cerca del origen geográfico e histórico del CI) Nora Hajos compartió su trabajo sobre Material for the Spine (Material para la Columna*) desarrollado por quien es considerado el creador del CI Steve Paxton. A cargo del taller central, Karen Nelson, bailarina, performer, practicante y maestra de CI durante 35 años, es además una de las fundadoras de DanceAbility, Breitenbush Jam, Diverse Dance Research Retreat, y el grupo de performance Image Lab. Vive en Washington y también se ha dedicado a desarrollar Tuning Scores, estructuras-juegos de improvisación desarrolladas para la danza pero fácilmente transferibles a otras formas de arte. Fue interesante su referencia constante a Paxton, trayendo las experiencias primarias y presentándolas para que nosotros las practicáramos, mientras que Nora nos propuso experimentar su trabajo más actual. En sus propuestas aparecían como elementos importantes la gravedad y la caída, la inteligencia subyacente en la velocidad alta de los reflejos, la conquista de la confianza en el propio cuerpo en en los compañeros de danza. la confianza corporal, la confianza en el propio cuerpo y tanto así en el cuerpo-mente de los compañeros, el placer de sentir confianza, la relación entre relajación total del cuerpo y la total disponibilidad de moverse en casi cualquier dirección; una especie de prontitud tranquila para hacer lo necesario o lo deseado.
En la entrevista abierta a Karen Nelson pude pedirle que profundizara en uno de los aspectos que me resultan más apasionantes del CI.
(yo) - Hablaste sobre la experiencia de estar en el vientre de nuestra madre como parte de la búsqueda del CI por descubrir lo que olvidamos que sabíamos, pero también de cómo el CI se trata siempre de lo nuevo, de saborear las cosas como si fuera la primera vez, de encontrar nuevas posibilidades. como es esta tensión entre regresar a y dejar llegar lo nuevo? Respondió:
(Karen): Bueno la parte que ya sabes es sobre lo que venimos diciendo: somos genios. nuestros cuerpos son genios. Sabemos cómo ponernos de pie, los reflejos, ya sabemos todo eso, y lo sabemos de un modo que quizás no es el intelectual, lo sabemos en nuestros seres, en nuestros cuerpos, en nuestras percepciones, toda la experiencia de nuestras vidas, desde que nacimos hasta ahora. Y esto implica que inclusive esa parte es al mismo tiempo vieja y nueva. Porque aprendimos eso hace mucho tiempo, aprendimos a caminar pero nos olvidamos que tuvimos que aprenderlo y necesitamos sentir qué está sucediendo en nuestros cuerpos Entonces eso es viejo y nuevo al mismo tiempo. Y lo nuevo es que estando vivos, cada minuto es completamente nuevo, entonces cada vez que nos detenemos a sentir nuestro cuerpo, es un cuerpo nuevo, un cuerpo diferente que ya ha cambiado desde la última vez que lo observamos hace dos minutos. Estar de pie es un ejemplo fabuloso para eso porque cuando estás de pie se puede empezar a percibir todo eso que sucede al simplemente estar ahí parados. Y empieza a pasar algo: “siento algo, no siento nada…. ¿qué se supone que debo sentir?. Soy un genio pero me siento tan estúpida, etc.”. Pero luego volvés a moverte y bajas la velocidad y sentís “pum pum pum pum… wow algo está pasando aquí adentro”. Rescato mucho de la forma de trabajo original un cierto estado adrenalínico: caer y rodar y lanzarse a uno mismo a ese conocimiento que tu cuerpo tiene y que no sabes que tiene y quizás luego te encontrarás pensando “wow sobrevivi a esto”.
Karen es crítica respecto a cierta tendencia a la excesiva relajación en la evolución de la práctica del CI y en su taller intenta instigar nuestro deseo de espacialidad, de vitalidad, de activación, de dinamismo, de movimiento: “A veces me pasa que entro a un Jam y veo un millón de personas durmiendo en el suelo, a veces en pilas, y eso es muy diferente a bailar para mi. Antes los jams eran muy diferentes, Creo que las personas estaban más acostumbradas al estilo del solo, a explorar su propio cuerpo, a sentir el peso, y luego a eventualmente relacionarse con alguien más, alguien con quien vivir ese momento de extrañeza al acercarse al otro, confuso y raro y de pronto lo resuelves y ya estás investigando otra cosa. Y hoy veo una tendencia hacia el arrullo, el abrazo... a veces yo puedo llegar a molestar a personas que están apiladas en el salón y a veces los despierto incluso cuando no soy la profesora, porque es hasta peligroso”.
Cosecha
Juntando notas, hubo varias cosas que aprendí en el Festival y decidí hacer una lista.
Que hay gente feliz sólo por estar en su cuerpo; que es imposible saber cómo luce el espacio vacío pero que podemos ir en su búsqueda; que observar sin hacer es hacer más de lo que parece (o de cuán complejo puede ser estar simplemente de pie escuchando); que entre recordar algo que nos olvidamos que sabíamos y hacer algo como si fuera la primera vez quizás no hay tantas diferencias; que podemos sobrevivir a la exploración de la gravedad; que el libre juego tiene la regla de “seguridad primero”; que los gimnasios no fueron hechos para alojar (sin boicotear acústicamente) a experiencias que necesiten del lenguaje para su transmisión; que el aburrimiento puede estar seguido del renacimiento de la curiosidad y la riqueza de exploración; que es posible suspender la anestesia contra la vulnerabilidad y ver qué pasa; que hay una fuerza del cuerpo vibrátil; que preguntarnos qué estoy haciendo durante la danza no tiene por objetivo encontrar una respuesta final sino mantenernos trabajando; que existen infinitas formas de combinar movimiento y lenguaje durante una improvisación; que las infinitas formas de combinar movimiento y lenguaje durante una improvisación afectan nuestra percepción de ella, nosotros y los otros; que políticas de la subjetivación y políticas de la subjetividad pueden ser dos cosas distintas; que al CI hay que explorarlo en el afuera del estudio (in the wild) y levantando los entreparéntesis de su práctica extracotidiana; que igual que con el sol puede haber una hora mágica en una danza; que no es lo mismo la llegada de un afecto que el efecto conocido o reconocible de él en el cuerpo; que luego de un esfuerzo observar como se va la fatiga como un banco de niebla que se levanta; que el CI es un conjunto de acertijos (puzzles) hechos para resolver con el cuerpo; que se puede intentar tener la cabeza en la pelvis; que hay una sensualidad de la ropa suelta que es código en la comunidad de contacteros; que la confianza se gana; que puede suceder una tercera cosa entre el yo y vos que ni vos ni yo hagamos; que cada persona que lo practica e investiga está contribuyendo a la transformación del CI y puede tomar su cuota de autoria; que ofrecer sensaciones puede ser una forma de enseñar; que el cuerpo puede moverse como una molécula de ADN; que el uso del espacio define cuánto estamos queriendo crecer; que el ancho verticalizado de nuestros brazos extendidos es más alto que nosotros (sino prueben); que los ojos pueden guiar o ser pasajeros de la cabeza en movimiento; que habitar el propio no saber también necesita de técnicas; que en el contact podemos irnos cuando lo deseamos.
Llego a casa y pese a estar exhausta mi cuerpo sólo piensa en moverse. Le sigo la corriente medio sorprendida. Como una droga que pega bien, qué vicio produce la felicidad que da el movimiento y que entiende de finales ni de rondas de cierre.
por Lucía Naser en contacto con participantes y organizadoras del Festival
*Material for the Spine es un estudio meditativo sobre los movimientos de la columna y la pelvis combinando un enfoque técnico con un proceso de improvisación.
Sobre la 3era edición en la diaria: http://juntandonotas.blogspot.com.uy/2011/07/baila-conmigo-sobre-la-3era-edicion-del.html
Blog del Festival:
http://festivalcimontevideo.blogspot.com.uy/
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