Episodio
III: una obra adolescente para todo público:
sobre
la experiencia realizada junto a adolescentes de Rocha (La Paloma) y
Maldonado*
* publicado originalmente en la revista Entrepatas (CUTDIJ)
“Episodio
III: una obra adolescente para todo público” comenzó como un
proyecto en el que me proponía trabajar con adolescentes ya que en
esta etapa inmediatamente previa a la adultez, los imaginarios,
ficcionalizaciones, autoficcionalizaciones y lo lúdico se presentan
de formas particulares. Sin embargo, mis ideas y preguntas previas a
la realización del proyecto tuvieron poco que ver con lo que observé
una vez iniciado el proceso de trabajo junto a los grupos. Es esta
experiencia, sus hallazgos y las reflexiones de ella derivadas, lo
que deseo abordar en este texto.
Introducción
a Episodios: la serie
Episodio
III se enmarca en la serie Episodios. Episodios es una investigación
de largo aliento que comencé en el 2014 y en la que me proponía
investigar cómo ciertos principios investigativos y perceptivos de
la danza contemporánea podían encontrarse con elementos tomados de
la ficción, la especulación fantasiosa, la autoficción. Este
interés devino de preguntas relacionadas a los lenguajes escénicos
y la representación, sobre todo pensando desde un campo (la danza
contemporánea) que se ha alejado de ella, indagando en el territorio
de la performance. Se podría decir que en la DC lo experiencial y
fenomenológico tiene más peso y prestigio que lo fantasioso,
ficcional, narrativo, representacional. Las implicaciones de este
consenso (no siempre reconocido por un campo que se entiende a sí
mismo como pluralista) han comenzado a parecerme limitantes y fue así
que inicié una exploración en el terreno de la fantasía, la
autoficción y el cruce con diferentes comunidades. Esto último
tenía el objetivo de acercarme y colaborar artísticamente con
grupos artísticos y sociales que trabajan con la ficción y fantasía
como materia prima.
Fue
así que Episodio I y II se aproximó al universo de superhéroes y
del cómic, investigando qué corporalidades, potencialidades, modos
de representación, caracterización y narrativa podían encontrarse
allí. Episodio IV (y paralelamente la obra “La Lucha”, creación
colectiva realizada junto a artistas de Curitiba-Brasil) fue dirigida
junto a Carolina Guerra y Vera Garat y buscó indagar en la
autoficción y sus tecnologías del yo y del otro a través del
acercamiento a artistas transgénero, a las estéticas del
transformismo y la transexualidad.
Episodio
III buscó provocar lo que impredeciblemente surgiera del encuentro
con grupos de adolescentes cuyos contextos diferían entre sí y con
los que he podido trabajar anteriormente. La lógica de lo eventual y
lo impredecible estaban en la base del deseo de realizar este
proyecto que busca integrar lo creativo, lo educativo, lo social y lo
político, entendiendo que el trabajo artístico en colectivo siempre
involucra de alguna forma, estos cuatro términos. El proceso
consistió en la convocatoria al grupo y la proposición de algunos
puntos de partida para luego - bajo mi conducción y el taller
impartido por Leticia
Skrycky en
el que los adolescentes experimentarían con elementos escénicos
relacionados a la luz, sonido y diseño de espacio – encontrar un
rumbo para transitar juntos.
Lo
creativo como educativo como creativo: aprender haciendo
Cuando
comencé a idear el proyecto y lo postulé a FC-MEC la idea era
trabajar con adolescentes de Rocha y Maldonado en una serie de
talleres y que luego derivarían en la creación de un solo escénico.
El proyecto fue premiado por FC pero en el inicio de su realización
me deparé con la necesidad de reformular la metodología, al
percibir que me interesaba menos la creación del solo a partir de
los talleres, que el propio trabajo con los adolescentes. Fue así
que reformulé con la idea de montar con los dos grupos involucrados,
una obra escénica que basada en improvisación, los pusiera a ellos
en escena.
La
creación como experiencia formativa por un lado, y la investigación
que suponía experimentar desde la misma metodología con dos grupos
y contextos radicalmente diferentes, me llevaron a convocar a los
adolescentes desde dos instituciones educativas.
En
Rocha el proyecto fue realizado en articulación con el Liceo de La
Paloma. En Maldonado junto a la Escuela Departamental de Danza. Esto
introdujo una primera y relevante diferencia entre los adolescentes
en cuanto a su formación e información previas en danza, así como
en los contextos socio culturales de los que los participantes
provenían.
La
convocatoria lanzada en diferentes momentos, invitaba a adolescentes
entre 12 y 18 años a conformar un elenco para la creación colectiva
de una obra de danza contemporánea. Se anunciaba que los
adolescentes debian poder concurrir a la totalidad de ensayos (según
cronograma) y que podrían participar desde los diferentes roles que
implica una creación escénica en danza: bailarines, iluminación,
gestión y difusión, dirección u otras. Esto tenía por objetivo
dar mayor amplitud en la convocatoria y visibilizar los diferentes
roles implicados en procesos creativos de las artes escénicas.
De
este modo, los diferentes contextos donde se llevó a cabo el
proyecto aportaron características profundamente diferentes. Aunque
la misma metodología y disparadores fueron empleados fue
sustancialmente distinto realizar este proyecto artístico en un
medio como el rochense y liceal - donde las ofertas culturales y
educativas son escasas y la institucionalidad cultural no está
orientada a objetivos artísticos-, que hacerlo entre jóvenes que
fueron convocados desde la Escuela Departamental de Danza y la EMAE y
que presentan aspiraciones vocacionales ligadas a lo artístico. En
particular, al realizar la convocatoria entre estudiantes de primer
ciclo en el Liceo, estos no contaban con orientación vocacional
hacia lo artístico y sus motivos de interés en el proyecto eran
diversos: unos por el interés en el diseño y la divulgación, otros
por la improvisación, la danza, la experiencia de estar en escena.
Por otra parte, los adolescentes participantes de Rocha tuvieron una
participación más intermitente y poco regular, menos acompañada
por sus familias inclusive el día de la función realizada en el
Centro Cultural de La Paloma. Estas fueron variables que
intervinieron diferenciando la realización de Episodio III en Rocha
y Maldonado.
El
inicio
El
inicio del proyecto implicó pasar de la idea de ofrecer un taller
para los adolescentes, a la creación o montaje junto a ellos
de una estructura de improvisación donde el foco estuviera puesto en
la investigación perceptiva más que en la composición formal.
Evalué a la hora de esta modificación el hecho de que existe una
gran oferta de talleres y clases de danza de diferentes técnicas,
sin embargo encuentro muy pocos proyectos orientados a la creación
como camino para la formación en esta fase etárea de la
adolescencia.
La
inquietud surgió observando por un lado la cartelera de artes
escénicas - que abunda en oferta de teatro infantil pero mucho menos
de danza para o por adolescentes o la tercera edad. Aunque me parece
discutible pensar en lo positivo o negativo de tales segmentaciones
del público - que aunque ayudan a direccionar las obras hacia
diferentes públicos pueden acabar alimentando prejuicios sobre lo
que otros percibirán o no de cierta experiencia - me resultó
interesante proponer una experiencia escénica y sus etapas
precedentes, como modo de conjugar prácticas dancísticas con otros
saberes y tareas del campo de la danza que no solo tienen que ver con
la coreografía sino también con la creación en lo que se refiere a
la totalidad de sus que haceres
En
relación con esto, el brasilero Ricardo Basbaum se refiere a la
multifacética caja de herramientas que el artista independiente debe
manejar para desempeñarse profesionalmente como tal a través del
concepto de “artistas etc”1
Sin
embargo - y cuestionandomelo varias veces durante el proceso - creo
que no sólo se trata de enseñarles que el mercado nos exige hacer
de todo y para sobrevivir tenemos que autoexplotarnos, sino de pensar
juntos qué hacer ante esta realidad. Cómo transformarla desde
nuestras prácticas sin negar al mismo tiempo nuestra necesidades.
Enseñar a “ser artista” (si algo así es posible) no es solo
enseñar un modo económico y formal de producir obras, sino a ser
críticos, imaginativos, deseantes.
En
ese sentido nos pareció importante compartir con los adolescentes
participantes, como el quehacer del artista lo coloca en situaciones
y redes de relaciones contradictorias y paradójicas, donde el
contenido estético político de sus obras puede ir a contramano de
sus modos de producción. La conclusión al menos provisoria es que
esta serie de problemas y contradicciones es parte de lo que debería
enseñarse en todo proceso formativo en danza contemporánea. Mucho
más si queremos hacer con nuestro arte algún cambio o pequeña
transformación política.
¿Creación
colectiva?
Parte
de la metodología consistió en proponer un formato de creación
colectiva en el que, si bien existían roles diferenciados, el grupo
tomara decisiones junto a lo largo del proceso.
Dadas
las características del proyecto, y el hecho de que mientras que mi
trabajo y el de Leticia eran remunerados en tanto
coordinadoras-docentes del trabajo, fue necesario e interesante
discutir las relaciones económicas que hacían a nuestra
colaboración y organización colectiva. Este punto buscamos
explicitar el carácter mixto del proyecto en tanto artístico pero
también educativo, así como lo que implicaba que existieran roles
remunerados y otros voluntarios.
Si
bien esto fue comprendido y aceptado de buena for a por el grupo, no
faltaron conflictos que nos hicieran re pensar la dimensión
económica como parte de las relaciones de creación de la obra. Para
trabajar sobre ejemplos concretos, cabe decir que las cuestiones
económicas generaron tensiones cuando en la etapa realizada en
maldonado, un colaborador se ofreció a tomar fotos que luego usamos
en la página del proyecto. Dado que contabamos con un pequeño rubro
para registrar la performance y que ya habíamos contratado a alguien
para ello, el colaborador se sintió desvalorizado o burlado,
expresando este disgusto en conversaciones que mantuvimos después de
realizada la función.
Este
episodio me hizo reflexionar sobre las tensiones de lo económico en
los procesos colectivos así también como en el problema que supone
diferenciar lo amateur y lo profesional, a docentes y a almunos o
hacerlos convivir de modo horizontal en un mismo grupo o proceso. El
joven fotógrafo – cuyas inquietudes y angustias resultan
comprensibles aunque no justificables - deseaba valorizar su trabajo
en un momento en el que intenta pasar de amateur a profesional. Sin
embargo, la confusión producida por la falta de comunicación previa
(habíamos hablado de lo económico en un ensayo en el que él no
había estado presente) generó rispideces y redundó en un conflicto
innecesario. Mi decisión de usar para la divulgación las fotos del
colaborador y no las del “profesional” contratado, había buscado
dar espacio y valor al aporte del voluntario, sin embargo fue tomado
como abuso hasta que logramos zanjar las confusiones (no así su
malestar) a través de varias conversaciones y explicaciones
posteriores a la función.
Respecto
a la división del trabajo, tanto en Rocha como en Maldonado
discutimos la distribución de los diferentes roles en el equipo.
Mientras que en Rocha mantuve el rol de “directora”, allí el
colectivo de adolescentes se dividió entre quienes quisieron estar
en escena y quienes se interesaron por los aspectos técnicos y
comunicativos de la creación. Tuvimos entonces un grupo de
“técnicos” que se encargaron de ayudarnos a pensar la música,
hacer la web del proyecto, crear afiches, divulgar, dar nombre a la
obra, y otro que creó e interpretó la obra desde el rol de
bailarines-creadores. En Maldonado y aunque yo mantuve un rol
propositivo desde la dirección, el desarrollo más continuado del
taller de Leticia hizo que todo el grupo acabara por involucrarse con
el diseño lumínico y la difusión al mismo tiempo en que estaban en
escena. Por otro lado, durante el proceso creativo realizado en
Maldonado, el grupo decidió que llevaríamos un diario de los
ensayos y que la tarea de registrar los diferentes encuentros iría
rotando. Esto aportó al proceso la creación de un relato paralelo
sobre sí mismo y la conceptualización de lo que estábamos haciendo
en el plano de la escritura y el ambiente virtual donde eso era
compartido con otros2.
Si
bien el tiempo de ensayos fue corto y eso fue en detrimento de que
fuera viable discutir en profundidad el rumbo de la creación, la
experiencia funcionó como una especie de maqueta o experiencia
piloto de una creación colectiva. Esta restricción de tiempos hizo
que las prácticas que hicieron a la materia prima de la obra fueran
propuestas por mi a partir de lo hecho en los Episodios I y II. Sin
embargo la orientación temática que ambos grupos propusieron - la
del bullying en Rocha y la del error en Maldonado - nos confrontaron
con la tarea de cruzar las premisas, adaptándolas y enfocándolas
desde la perspectiva propuesta por el grupo.
Repensar,
organizar y llevar a prácticas, el significado de lo colectivo como
forma de trabajo considerando los diferentes arreglos y pre-acuerdos
(o en otras palabras nuestro “pacto educativo”) y acuerdos del
grupo, fue uno de los objetivos del proyecto que más potente se
mostró durante su realización. En resumen hubo espacio para
discutir la división del trabajo y de roles, los modos de
organización interna y de creación en grupo, pero también las
implicaciones económicas de ser un colectivo y las condiciones
concretas de producción de esta obra llamada Episodio III.
Otro
de los objetivos alcanzados fue compartir con el grupo participante
las diferentes etapas y mediaciones implicadas en el proceso de crear
y mostrar una obra: conseguir lugar para ensayar, ensayar, la
divulgación, el espacio para la presentación, decisiones internas
al proceso, la relación con el público, disusiones sobre el tema de
la inteligibilidad o la abstracción versus carácter explícito de
la obra que creamos.
Noté
que para los adolescentes - tanto quienes tenían experiencia en
danza como los que no - un tema significativo es porqué la danza
intenta y logra o no transmitir un mensaje; de qué modos es
comprendida o no comprendida, porque a veces emociona y otras hace
pensar, qué diferencia hay entre lo que el artista quiere hacer y lo
que la obra hace en el mundo
Me
encontré con que los adolescentes participantes están lejos de
comprender o conocer ciertos consensos que nos resultan a esta altura
normalizados en el círculo experimental de la danza contemporánea.
Por ende, el huir del significado explícito, o la preocupación por
lo que el público “va a entender” o por lo que “queremos
decir” con la obra, se presentaron como desafíos planteados por
ellos y a los que tuve que enfrentar y (re)pensar desde mi rol de
coordinadora/directora.
Este
aspecto también se presentó de forma diferente en el grupo de Rocha
y en el de Maldonado. Los integrantes del primero no tenían
referencias sobre los consensos del campo del arte contemporáneo,
sobre la crisis del significado y sobre la imposibilidad de una
comunicación sin ambigüedades en el terreno de la
estética-política. Un punto de quiebre para mi fue cuando me vi
defendiendo la consigna de no concentrarnos en la transmisión de
significados, más que planteando el problema de la relación entre
lenguaje y pensamiento del cuerpo. Intenté entonces repensar este
tema junto a ellos.
Las
experiencias educativas tienen la característica de que al
encontrarnos con otros y tener que traducir para comunicar ciertos
contenidos, nos vemos exigidos a repensarlos. El transmitirlo a
nuevas generaciones hace que sea una responsabilidad pensar de qué
modos reproducimos o no el campo, sus herramientas, sus políticas y
estéticas. En este sentido el realizar este proyecto me hizo retomar
preguntas como:
¿Porqué
renunciamos a transmitir mensajes en nuestras obras de danza
contemporánea?
¿Qué
potencialidad tiene el cuerpo para pensar? ¿Es esta potencia
transmisible o únicamente comunicable?
Cuando
proponemos una creación colectiva ¿deben ser todos los roles
iguales o es posible dividir el trabajo?
¿Qué
implica que en una creación colectiva existan roles remunerados y
otros voluntarios?
¿Qué
implica el cruce entre un profesional y un amateur? ¿Es lo mismo que
un estudiante y un docente?
¿Cómo
una experiencia educativa puede consistir en una experiencia
artística o viceversa? ¿Qué le hace a los roles de docente o
director proponer formatos horizontales en la creación?
Sin
dudas el trabajo “técnico” o las poéticas asociadas a las que
nos aproximamos en el trabajo con Leticia – y que generaron entre
los adolescentes un gran entusiasmo, dedicación y concentración -
encaminaron el proceso a una concepción y discusión integral de la
obra que fue posible viabilizar junto al grupo de Maldonado (no así
el de Rocha).
Respecto
a las autocríticas o debilidades del proyecto noté que si bien el
cronograma preveía tiempos acotados para el trabajo con cada grupo,
adaptando los objetivos a esa característica, éstos tiempos no
permitieron procesos profundos de deliberación colectiva sobre
algunos aspectos de la creación. Por otra parte, fue interesante
cómo funcionó la consigna de adaptar la metodología y objetivos a
las características y recursos disponibles en cada uno de los
contextos y grupos de trabajo, creando de este modo, dos obras que si
bien tenían práctica y principios en común, terminaron siendo
sustancialmente diferentes y singulares.
Para
finalizar comparto dos fragmentos escritos luego de las funciones de
ambos Episodios III y que reflejan la singularidad de ambas
experiencias:
Como
casi siempre pasa en las obras de danza (al menos en las que he
participado o creado) se termina de entender lo que es la obra
cuando se presenta ante un público y algo de eso sucedió ayer. En
lo personal yo estaba más nerviosa que en cualquier obra anterior
que hubiera bailado. Quizás incidió que era la primera obra que
dirigía sin estar adentro pero también tuvo que ver con la emoción
que me produjo ver el involucramiento y entrega total del grupo a lo
que estabamos haciendo y el amor puesto en ello. La cosa es que
temblaba y tosía (hasta activé una luz erróneamente por lo
nerviosa que estaba) mientras los artistas de Episodio III ya
estaban en escena y disfrutando de hacer ante otros lo que varias
veces habíamos ensayado juntxs.
La
magia de la improvisación: entrenamos y practicamos nuestra
habilidad para habitar una realidad que es diferente cada vez. Cada
vez!
La
obra duró unos 45 minutos, fue musicalizada por una canción que nos
encantó de Carmen Sandiego, y fue aplaudida por unos 40 o 50
espectadores con quienes después tuvimos una charla sobre lo que
habían visto.
Nos
preguntaron de qué se trataba, cómo la habíamos hecho y de qué se
trata la danza contemporánea, sobre el uso de la palabra en escena,
sobre la historia que contaba. Yo respondí algunas preguntas pero
lo mejor fue escuchar al grupo hablar de la obra creada juntxs.
Hablaron de que nuestra decisión había sido no por mostrar ejemplos
de bullying o abuso “ya que es lo que vemos todos los días”
sino explorar y mostrar otras formas de relacionarnos, otros modos
de estar juntos, de cooperar, de “componer escenas individuales
sin nunca perder de vista que estamos siempre con otros”, “ser
otrxs”, de identificarnos y diferenciarnos, de sanar juntas. El
equipo técnico también tomó la palabra.
Si
bien durante el tiempo de trabajo tuvimos discusiones y diferentes
puntos de vista, ayer fue claro que logramos convivir con esas
diferencias y desde ellas hacer algo colectivamente.
Ahora
pensamos en la posibilidad de continuar investigando. Algunos
estudiantes que vinieron a la obra se acercaron entusiasmados con lo
que habíamos hecho y mostrando interés en participar de algo así.
(Rocha)
Episodio
III es una obra donde
intentamos hacer lo imposible. una obra sobre el error como
acontecimiento. una obra sobre danza contemporánea y deshacer el
entendimiento. una obra sobre hacer sin identificar. una obra en que
la música nos baila. una obra sobre telepatía. una obra
adolescente para todo público. (Maldonado)
Links
al proyecto en proceso:
Episodio
III Maldonado
Episodio
III Rocha
Proyecto
Episodios
Blog:
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Leticia
Skrycky
Enredanza
2Ver
diario del proceso en la página de Episodio III Maldonado:
https://www.facebook.com/episodiotreserrorcolectivo/?ref=ts&fref=ts.
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