lunes, 18 de enero de 2016

Febrero en Enero. Sobre la previa de las Llamadas con Elumbe para la diaria






Febrero en enero: la previa de las llamadas en Elumbé  
preparando las llamadas
toque familiar: previa de las llamadas en Elumbé


Malvín es uno de los barrios donde el boom del candombe se sintió fuerte hace unos 15 o 10 años. En un perímetro de no mucho más de 30 cuadras se juntan y salen hoy en día La gozadera, La figari, Elumbé, La Dominó y La chilinga nacida de un taller de percusión de Huracán Buceo (se me puede estar escapando alguna).


Recientemente las llamadas de San Baltazar - que se realizan todos los 6 de enero en el barrio sur y que empezaron siendo un acontecimiento casi íntimo para adoptar en los últimos años una dinámica glamorosa y pseudocompetitiva - despertaron polémicas sobre la espectacularización del candombe, sus transformaciones, la legitimidad / ilegitimidad de sus amantes y representantes, sobre su evolución y el lugar de la “tradición original” (si es que algo como esto es pensable o tocable). Si varias voces piden no confundir las Llamadas con el Carnaval  - en las famosas palabras del pensador y plástico afrouruguayo Ruben Galloza - es interesante analizar el rol que las “llamadas de tambor” tuvieron en la consolidación y transmisión del candombe.


En familia


El “dueño” de la comparsa - así me lo presentan- es Benjamín Arrascaeta (1942), tocador y músico con 60 llamadas y unos años más encima. Como cuenta con orgullo, tuvo la suerte de salir en las primeras llamadas de las que se tiene registro en el año 1956 (1). Benjamin vivía en el conventillo de la calle charrúa entre pablo de maría y blanes y fueron su padre Fausto Arrascaeta, bailarín y gramillero, y Andrés Macedo, alias el “Cunga”, repique de la comparsa y jefe de cuerda los responsables por sacarlas a la calle. Benjamin recuerda aquellos años y a figuras como los lanceros (personajes más próximos de la raíz africana de la tradición) y también que en el conventillo tocaban negros y blancos juntos y que el candombe se tocaba en cumpleaños, fiestas, asados, hasta que empezó a salirse a la calle. Cuenta que su compañero entrañable de toque por esos años era Arreondo Quintanilla con quien después fundara la Sonora Cienfuegos, iniciándose la veta tropical de la carrera musical de Benjamin.


En 1956 Benjamín tenía 13 años y desde entonces no paró de tocar ni un año. No cree que el candombe sea cosa de negros sino cosa de todos y que siempre fue así ya que en el conventillo vivían blancos y negros juntos e integrados, lo importante era que pagarás el costo de tu cuarto. El casi octogenario músico - que este año dará una charla con motivo de sus 60 llamadas cuenta que antes se tocaba con menos tambores y que para él “con 15 tambores alcanza” e inclusive es lo ideal y con esa cantidad fue que empezó a tocar Elumbé. “Y no sabés qué rico sonaba, qué rico”, enfatiza. En su opinión entre 15 y 30  tambores son el número ideal y lo que explica que hoy se salga con un promedio de 70 es el crecimiento y difusión que ha tenido el candombe donde cada vez más gente quiera tocar y participar. Aunque no oculta su preocupación, Benjamin coincide con su hijo Alejandro (de 42 años) en que el candombe es de todos y que eso “es así”. Alejandro es más enfático y dice que “esto recién empieza” y que la cosa va a seguir creciendo, que recién estamos saldando una deuda histórica con el candombe y reconociendo la riqueza cultural que tenemos, dándonos cuenta de que solo en uruguay se toca, que nació acá, que somos uno de los pocos países en tocar con lonja, palo y mano y que hay que seguir investigando y dando vida a esta manifestación.  La preocupación por el toque es subrayada varias veces por padre (dueño) e hijo (jefe de cuerda) como característica de Elumbé, como aspecto que consideran fundamental para tocar cerca de la raíz, no perder el cuidado por la base, cuidar el instrumento y salir a tocar con él bien afinado. Benjamin se niega a darme nombres pero comenta cómo algunas comparsas algo que se parece más a la conga cubana….


Sobre la relación entre cuerpo de baile y cuerda de tambores, Alejandro dice que se trabaja con el toque como base y a partir de él se organiza la coreografía, sin embargo Adriana Arrascaeta relata que como en la coreografía el paso básico y lo que más bailan es el candombe y que como el “corte” que hace la cuerda está listo pocos días antes de las llamadas, ellas ensayan independientemente aunque se trabaja al mismo tiempo.


Elumbé salió 4 veces primero lo que la familia considera un gran mérito siendo una “comparsa de barrio”, sin grandes sponsors y dando siempre prioridad al toque como toque cualitativo de la comparsa. Para Benjamin el  jefe de cuerda (su hijo Alejandro) es como el director musical de una comparsa y por ende está encargado de pensar y cuidar lo musical, hacer arreglos, entrenar a los tocadores, etc, hacer que todo funcione. Fusión y fusión, las dos F, dice Alejandro.   


Elumbé empezó en la calle Miraballes y colombes (buceo) como una idea de Alejandro y su tío Ernesto Santos ahora ya muerto. En seguida se sumó protagónicamente Benjamin quien me cuenta que vivió muchos años en la calle piedras de afilar donde ahora la cuerda ensaya, a un par de casas de la mía. Quizás eso explica porque ensayan en esta cuadra corta donde no pasan casi autos ni personas (el miedo al robo de coreo o de “cortes” es un temor subyacente y no siempre asumido durante los meses previos a las llamadas). Tampoco es fácil ocupar cualquier calle con tremendo contingente humano y el sonido de 70 tambores). Maritza la coreógrafa está en la comparsa desde el 2003. Más importante que la coreografía es que las bailarinas sepan bailar candombe dice Alejandro y lo reafirman Adriana y Benjamin. Saber y hacer bien el toque básico y el paso básico y disfrutar de tocar: esas son según la familia Arrascaeta las prioridades de Elumbé.

la raíz del toque
toque familiar elumbé


Elumbé se caracteriza por su toque que conocedores califican de excelente, por haber estado entre los primeros 3 puestos de las llamadas en los últimos años (ganó 4 primeros puestos en 15 años), por su cuerpo de baile impecablemente coordinado y gozador, por el canto que le da su nombre y que según me cuentan padre y hijo arrascaeta sale de una canción de las Llamadas de Charrúa o de la canción de Rada, versiones ruedan….


Elumbé es una comparsa familiar, tanto que el jefe de cuerda es el hijo del dueño (Alejandro Arrascaeta) y su hija (Adriana) la directora de la comisión de diseño que se encarga del vestuario de toda la comparsa así como de la puesta en escena de cada año. Toca además el nieto, un niño de unos 9 o 10 años que revolotea marcando claves y bases de toques entre todos los tambores que andan en la vuelta.


Elumbé también tiene fama de disciplina y organización extremas siendo en el imaginario de tocadores y bailarines esa comparsa donde “para salir hay que ir todo el año sin faltas”. En Elumbé no hay puestos pagos: ni las vedettes ni los destaques ni mama vieja o gramillero ni tocadores cobran. El único puesto remunerado es el de la coreógrafa que en palabras de Adriana no es “de la comparsa” sino que también hace coreografía para otros grupos. Sin embargo esta fama de extrema disciplina de cara a la competición adquiere matices en diálogo con la familia Arrascaeta que me dice que los tocadores tienen que venir a partir de noviembre y las bailarinas a partir de setiembre. Dice Benjamin que “algunos piensan que Elumbé ensaya todo el año para las llamadas y no es así” pero que si deciden salir entonces entienden que asumieron un compromiso con “el soberano” (así se refiere al público del espectáculo de Isla de flores y al mediatizado supongo) y eso es para tomarselo enserio. Los 3 entrevistados subrayan el hecho de que en Elumbé el objetivo es disfrutar el candombe y que las llamadas son un solo día y que “les ha ido demasiado bien” considerando la importancia que le dan a disfrutar tocando y a tocar por tocar.  


Cuenta regresiva


Es jueves 14 de enero de tarde y mientras el asfalto empieza su carrera decreciente de calor y la calle descansa de liceales y transeúntes, el ensayo de Elumbé está como todos los jueves por empezar. Los primeros que llegan siempre son los tambores que durante el año exhiben un despintado negro - rojo y amarillo. Los colores de la comparsa se dejan ver en alguna bandera, restos de pinturas pasadas o en aquellos que adelantando trabajo ya fueron pintando la base del tambor a la que luego le harán el diseño. Según Adriana los aprontes para salir en las llamadas empiezan enseguida que se terminan las del año anterior e involucran meses de diseño, ensayo, trabajo del cuerpo y en equipo, realización de vestuarios, banderas, estandartes (trofeos como los llaman), aprendizaje y ajuste de la coreografía, afinación del corte del año, canto, etc.


Habiendo sido bailarina de la gozadera por unos 4-5 años, siempre miré al cuerpo de baile de Elumbé como una especie de ejército de bailarinas de paso impecable y coordinación milimétrica: batallón que además de ver desfilar ocupa la calle donde vivo al menos una vez por semana, distribuyéndose simétricamente a lo largo de la calle angosta y corta (de solo una cuadra). Con frío o calor y bajo el mando de Maritza - una cubana que está a cargo de entrenamiento y coreografía desde el año 2003 - Elumbé aprende y repite pasos y formas una y otra vez durante los días de ensayo.


Los integrantes de la comparsa se concentran en el Club Relámpago y empiezan a caer entorno de las 19.30. Ajustan las lonjas y charlan. Me muestran el “piano clavado” que según ellos mejora el toque y en el que la lonja no está tensada sino literalmente clavada incidiendo en la calidad del sonido. Mientras hablo con Benjamín se acerca el nieto (3era generación en la cuerda) y me dicen que está complicado para salir con niños y dan a entender que es por algún aspecto del reglamento. Agregan: “vos porque no viste como toca”


Un rato antes de las 21 empieza el ensayo de tambores. El jefe los hace repetir varias veces el mismo toque. Da indicaciones tipo: “esta parte se engancha con otra parte más explosiva” o “que quede en dos planos cuando empiezan a explorar”, que no logro entender del todo. Tocan clave de candombe y luego una especie de toque y respuesta donde los pianos son llamados a seguir tocando mientras los demás paran. La base está ahí y hay que escuchar con atención como están sonando. el jefe llama a uno que está lejos y tocando mal diciéndole: “veni, vos: no te veo pero te siento”. Hay risas.


En clave de pasos / ensayo del cuerpo de baile en undostrés


En Elumbé existe una disonancia entre los ensayos de cuerda y de cuerpo de baile: mientras unos se juntan a las 21 el otro a las 22. Así como no hay mujeres entre quienes vinieron hoy a tocar, no se ve ningún hombre entre las bailarinas. Mujeres jóvenes de entre 20 y 35 años a golpe de vista. Me veo pensando que en otras comparsas a esta altura hacen ensayos conjuntos cuerda y cuerpo de baile.  


Alguien comenta que falta gente y otra réplica “y no van a venir”. es noche de clásico pero ya se sabe como es: a 15 días de la llamadas no se falta. El ensayo empieza sin la coreógrafa (Maritza Pérez) y es Adriana la que les dice que vayan calentando, recordando los pasos y el contaje. Adriana me cuenta que en Elumbé no hay “personajes” - ya no refiriéndose a Mama vieja y Gramillero sino al ego que a veces se encuentra entre bailarinas destacadas o con trayectoria - en la cuerda: a cada uno le toca donde le toca y puede venir de ser destaque y pasar al cuerpo de baile y así es, lo decide año a año la coreógrafa en función de lo que necesite la propuesta de ese año, dice Adriana. El año pasado decidieron salir sin ala de destaques. La apuesta por una alternativa a la organización jerárquica del cuerpo de baile - en la que a mayor proximidad con la cuerda de tambores mayor importancia, reconocimiento y “mejores” vestuarios-, le rindió sus frutos a Elumbé que en el 2015 sacó primer puesto en el concurso y el 1er puesto compartido con Yambo Kenia en el premio a mejor cuerpo de baile (fuente: http://carnavaldeluruguay.com/fallos-llamadas-2015/)


En el ensayo de hoy hay entre 22 y 25 mujeres y un par de señoras que acompañan desde los márgenes de la vereda. Durante el repaso hablan de círculos y de filas, de un paso o postura a la que se refieren como “mano en el cerquillo”. Tienen poca ropa y aunque hace calor también tiene que ver con una especie de preglamourización del cuerpo de baile en la previa de la explosión de las llamadas. A eso de 22.10 llega la la coreógrafa y su voz cubana inconfundible hace que el grupo se forme y empiece a hacer la coreografía al son de su contaje que consiste en 3 números o 4 para algunas figuras. El undostres es una música que suena y marca el paso incluso cuando los tambores que ensayan en la esquina se silencian. A veces suenan el regresar de los tambores las toma de sorpresa detenidas y viceversa. Los hombres y sus tambores miran en dirección oeste y las mujeres del cuerpo de baile al este de la cuadra de una sola cuadra.


“Quiero a todo el mundo de sandalias” , “que quede el medio libre” dice Maritza. En su tono que la hace parecer siempre furiosa Maritza las llama para repasar el contaje y el número de vueltas. Aunque en palabras de los Arrascaeta lo importante es saber bailar candombe también es un hecho que en las llamadas el cuerpo de baile a veces apenas escucha a su comparsa y dependiendo del lugar que te toque es muy factible que escuches más a la de adelante que a la propia. De esta forma y por el desfase entre ensayo de toque y de baile a veces las muchachas empiezan a bailar cierta parte de la coreo en la efervescencia de los tambores pero éstos se callan y hay que seguir bailando con las mismas ganas.


Al grito de “primera posición” (tipo ballet) y “a sus puestos” (jerga más decididamente marcial) Maritza hace que las chicas se formen y armen una forma típica de “desfile”: brazos en alto, manos siguiendo la línea de los brazos hasta la punta de los dedos para que todo luzca más largo y elegante, desequilibrio del apoyo que se inclina sutilmente más sobre un pie que sobre el otro quebrando la cadera. Mientras las deja en esa pose la coreógrafa dice “antes de irnos voy a pasar asistencia, a ver quien fue a ver a peñarol y nacional. yo les voy a dar peñarol y nacional!”. Desde la sombra de la vereda me rio.


La coreografía sigue y consiste en cuadros generales donde todas bailan con el mismo frente los mismos pasos y también en momentos donde se forman 3 círculos que se achican y agrandan y giran hasta convertirse en un gran círculo donde las bailarinas miran hacia adentro y luego hacia afuera. “Chicas eso tiene que ser más gozado. si no lo gozan no va” dice Maritza y no para de contar “undostres undostres”. A esta altura el ensayo de tambores ya terminó y el baile es casi exclusivamente apoyado en la voz contante de la cubana. En un momento unos tocadores retoman la lonja extraoficialmente y se nota en los cuerpos y en los pasos que suben el nivel de entusiasmo y vibración.


Si hay algo que aprendí de salir en las llamadas es que ensayar sin música y sin vestuario hace que el día del desfile se magnifique el efecto de contar con ambas cosas y que eso es un efecto buscado. Motivaciones más o menos conductistas y con similitudes y diferencias con el offstage/onstage del teatro. Otra cosa que aprendí es que sin entrenamiento el bazo puede jugarte una mala pasada en la 3era cuadra de las llamadas y son unos 500 metros entre Héctor Gutiérrez Ruiz hasta Minas por isla de flores en un máximo de 20 minutos (confirmar) las que hay que recorrer.  Un ensayo de comparsa se parece un poco al de una obra de danza: para vivir el éxtasis de un solo día de encuentro con los otros hay que trabajar mucho, muchos.  


Es por eso que el moverse incansable de esas caderas en la calle silenciosa y donde hasta los tamborileros ya se apagaron tiene su función. Asisto.

para la diaria sobre Elumbé 2016 / ensayo del 14 de enero 19.30 a 22.45, Club Relámpago y calle piedras de Afilar, Malvin  



notas

  1. Llamadas de Charrúa es el nombre con el que se conoce a las primeras llamadas que salían de la calle Charrúa 2026, entre Pablo de María y Blanes.
Fuente: entrevista a Benjamin Arrascaeta y confirmado en:  http://www.unesco.org.uy/shs/fileadmin/templates/shs/archivos/anuario2006/art06_12.pdf.  


(2) Relámpago Club Atlético, Clubes Sociales y Deportivos - Dirección: Av Gral Rivera 4830, Montevideo - Teléfono: 26136305


(3)
AUDECA
http://candombe.org/


(4)  REGLAMENTO PARA PRUEBA DE ADMISIÓN 2016:
Artículo 7º num 2: “El número exigido para cada comparsa será de 70 (setenta) componentes, integrados de acuerdo al siguiente detalle: 40 (cuarenta) tamborileros 1 (una) vedette 1 (un) bailarín 1 (un) portaestandarte 4 (cuatro) portabanderas 1 (una) medialuna 2 (dos) estrellas 1 (un) escobero 2 (dos) gramilleros 2 (dos) mamas viejas 15 (quince) integrantes de cuerpo de baile Cada comparsa podrá anotar más integrantes de los establecidos hasta completar 80. Pero sólo podrán desfilar 70 componentes y de la forma anteriormente detallada.”
(...)
Artículo 10º.- El jurado efectuará su puntuación de acuerdo con los siguientes rubros y se aplicará el sistema olímpico en los puntajes totales: 1.- Cuerda de Tambores de 1 a 50 puntos. 2.- Cuerpo de Baile de 1 a 30 puntos 3.- Personajes típicos de 1 a 15 puntos. 4.- Desplazamientos y desempeño general de 1 a 15 puntos