viernes, 4 de marzo de 2016

Entrevista a David Zambrano para la diaria

 

Atravesando bajito


David Zambrano nació en Venezuela en 1960, y tras vivir, estudiar y enseñar 15 años en Nueva York (donde conoció a una de sus principales mentoras Simone Forti) y de viajar con su trabajo por todo el mundo, en el 2000 se estableció definitivamente en Amsterdam y actualmente vive entre esa ciudad y Brusselas. Sus primeros estudios fueron de computación, disciplina de la que aún se observan huellas en sus formas de pensar y en sus palabras y que según él le permitió encontrar el secreto de la improvisación: actuar y medir simultáneamente la cantidad de espacio y tiempo necesarios para la creación continua. Además de ser creador de dos técnicas que han marcado la improvisación en danza en occidente, es el formador de cientos (por no decir miles) de bailarines y estudiantes de danza de diferentes estilos y procedencias. Su trabajo como coreógrafo también es prolífero y sin pausas: desde su primera obra dedicada a la muerte de su madre en 1984 ha creado algo así como 43 trabajos solo o en colaboración con otros artistas.

Defendiendo rabiosamente postulados como que en la danza hay que dejar hablar al cuerpo (y no imponerle necesidades narrativas que no tiene), que en occidente hay demasiado énfasis en “papá-cabeza” y muy poco en “mamá-tierra” o que la improvisación consiste en usar lo que ya se sabe para crear algo nuevo, Zambrano se encuentra enseñando su cuarto día de taller en el ISEF, con la energía de un maestro veinteañero y la experiencia de un chamán centenario reunidas en un solo cuerpo. En la sala se encuentran estudiantes jóvenes de danza y también maestros que han formado a mi generación en el arte de la improvisación escénica. Es que guste o no su trabajo y su estilo de enseñarlo, Zambrano es una parada obligada en cualquier recorrido por el abc de la danza contemporánea. Además de dos talleres - uno de la técnica de movimiento Flying Low por la mañana y otro de improvisación por la tarde - el coreógrafo presentó en la Sala Hugo Balzo las obras “Un solo para Mr Folk” y “Holes”, ofreciendo al público montevideano una muestra de su trabajo como compositor y como performer.  Su trabajo sobre la improvisación se caracteriza por ser usado para la escena y por consistir en un fuerte trabajo físico que tiene una estética de movimiento asociada.

Considerando que Zambrano es un referente para bailarines y aficionados a la danza de todo el mundo aprovechamos la oportunidad de su pasaje por Buenos Aires y Montevideo para hacerle una entrevista.

¿Cómo se retroalimenta tu investigación como coreógrafo y artista y tu investigación como docente o maestro?

Las dos estan totalmente interconectadas. Mi pedagogía y mis creaciones; creador profesor bailarin, todos están interconectados. La forma en que lo he practicado siempre es que entro a investigar de una forma muy presente y completa, como si estuviera presentándome en un escenario frente a todos los estudiantes. Y entonces eso inmediatamente se transforma en lo que se llama interpretar, que no necesariamente es siempre en el teatro. Y cuando lo estoy haciendo frente a los estudiantes de diferentes culturas y también con mis propias preguntas, voy explicando las cosas, transmitiendo la información que ya he traído, empiezan a aparecer nuevas imágenes, nuevos pensamientos, cosas que desde lo que trabajo son innovadoras, entonces esas cosas las llevo al laboratorio o al estudio para investigarlo más profundamente, más detalladamente con un grupo de bailarines seleccionados, porque me interesa siempre intercambiar con bailarines pensantes, de cuerpos pensantes. Entonces dentro del estudio empezamos a investigar lo que de cierta forma he descubierto en la enseñanza, e investigando en el estudio aparecen otras preguntas y otras formas que inmediatamente las puedo aplicar a lo que estoy enseñando, entonces uno alimenta al otro. Eso nunca lo he realmente separado. No enseño porque necesito dinero, enseño porque toda la vida me ha gustado esa misión y ayudar o esparcir el disfrute del bailar, que eso desde pequeño me ha gustado sin embargo nunca había estado metido en la pedagogía hasta que  cumplí 17 años. la primera clase que enseñé era de matemáticas a los muchachos del bachillerato de la noche y eso me gustó muchísimo y cuando empecé a bailar profesionalmente lo primero que hice fue enseñar; cualquier cosa que iba aprendiendo y también mis ideas. Todas las clases y todas las piezas las he abordado desde el punto de vista de lo espontáneo que después poco a poco, estando en Estados Unidos, empezaron a llamarlas improvisaciones.

¿Cómo definirías esa espontaneidad de la que hablás?

Es el estar presente aquí y ahora para usar lo que ya conocemos y usandolo descubrir dependiendo de la situación nuevas formas de pensar o de usar el vocabulario que uno ya conoce, nuevas imágenes, nuevas formas para uno (quizás no para otro), lo que se presenta en ese momento, en ese lugar, en ese presente. La espontaneidad es como vivir de lleno el presente, con lo que ya uno sabe; con los programas que has aprendido. Igual que espontáneamente haces una cena con los ingredientes que tienes en la casa que quizás no son los ingredientes perfectos para hacer el risotto pero puedes improvisar un poco y hacer una cena por lo menos aceptable y de repente consigues un risotto que nunca se te hubiera ocurrido que pudiera ser, entonces creas una receta innovadora. Eso es lo que más me gusta hacer. En el presente. Me encanta componer enfrente de una audiencia, sea el público en un teatro, sea con estudiantes en la clase o sea acá mismo enfrente tuyo.

La improvisación puede ser una técnica de entrenamiento o ser usada directamente como material coreográfico. ¿Porque seguís enamorado de la improvisación en escena?

Bueno, porque me gusta jugar con el presente. exactamente por lo que preguntaste antes. Me gusta practicar cómo espontáneamente puedo presentarte realidades establecidas ya en ese presente a través de los cuerpos o en frente de un público. Me encanta lo inesperado, lo imprevisto: me gusta muchísimo todavía. La verdad es que para serte sincero no sé porqué me gusta tanto --se ríe -- me encanta seguir practicando improvisadamente el uso de los programas que ya conocemos por ejemplo ahora mismo con mi castellano.

¿A qué te referís con programas?

Por ejemplo técnicas de danza, estilos de danza, formas de pensar, estilos de diferentes filósofos que de paso nunca he leído, virtudes que trae tu familia, valores de nuestra sociedad, programas que te enseñan cuando vas a un colegio de monjas, o a un monasterio, o a un liceo militarizado, los bailes populares que se hacen en los pueblos para celebrar diferentes ceremonias, los pasos que se aprenden en las discotecas, lo que te enseña tu familia, lo que ves en youtube, todas esas cosas que uno va asimilando superficial o intensamente, depende de quien te lo está transmitiendo. son usables en cualquier momento. Usarlos quiere decir que ahora lo que voy a elegir es el folklore venezolano y mañana lo que voy a elegir es el ballet. Y no que no puedo salir de mi ballet, o que cualquier cosa que hago no puedo salir de mi folklore o de mi flying low o del yoga. No! Son programas que están establecidos y que podemos aprender a usar en la práctica depende de para qué los necesitemos, para hablar de qué, para hacer un discurso corporal que quieras presentar en ese momento, dependiendo de la situación. desde el presente, dónde estás, la arquitectura, la naturaleza, las plantas, los diferentes tamaños de las plantas, las ramas que algunas son más espirales que otras, las palmeras, las hojas, la luz. Son programas que ya están establecidos y cuando pasan a través de ti los vas asimilando y también podemos practicar poder usarlos cuando queramos.

¿Cómo haces para conjugar en tu trabajo la espontaneidad con la formación de métodos como los que tú mismo has creado?

Los dos métodos o talleres que comparto con los estudiantes y que son más populares son el flying low o volando bajo y el passing through o atravesando: de cierta forma los dos son muy diferentes pero se enriquecen el uno al otro. El flying low es un trabajo específico, ahora elocuentemente explicado, en el que practicamos cómo entrar y salir de la tierra con más facilidad. Y el passing through es una composición o coreografía, donde todo el grupo está constantemente atravesándose, atravesando la sala, por arriba abajo y alrededor de las personas, y se puede usar el flying low, se pueden usar todos los pasos que tú conozcas, pero todo adaptado a los caminos que se van formando dentro de la composición. Investigamos la infinidad de posibilidades de hacer algo dentro de un espacio finito como es la sala donde estás bailando. Usamos muchos espirales, curvas, curvas que ya están establecidas, y estamos todos: yo con todos y todos conmigo y el bailarín está formando sus pasos mientras va pasando, atravesando la sala (....) siempre en estado de alerta y siempre interconectado con todos. También enseño improvisación como estábamos haciendo esta tarde e investigaciones creativas que luego presento escénicamente. Estos dos métodos que son tan populares siempre los he abarcado de forma espontánea, es más, nunca he practicado la clase antes de la clase,siempre entro y la practico delante de los estudiantes. Como las clases las trabajo con diferentes culturas se van repitiendo, pero se van repitiendo de forma adaptable al lugar donde estoy enseñando y en la  adaptación voy aprendiendo cómo puedo hacer lo mismo de otra manera. Entonces estoy trabajando la espontaneidad al igual que en mis dibujos que viste esta tarde.

¿Cómo haces para que en tu metología estén presente la espontaneidad pero también el método?

Primero hay que saber cuál es el marco en el que se está trabajando y una vez que conoces el marco en el que estás trabajando se puede decir no que está mal sino que ese marco no es (o sí es) el que estamos usando. Eso otro puede usarse otro día pero no hoy: hoy el contexto es flying low y con ese marco de referencia puedo decirte si lo estás haciendo o no. Siempre hay que tener un marco de referencia claro. Asi por ejemplo en un trabajo fuertemente codificado como la técnica Graham el profesor puede decir “me gusta muchísimo lo que estás haciendo pero eso no es Graham”. Es valioso en otro programa o momento que lo vayas a necesitar pero ahora necesitamos que practiques Graham.
Si hay marco de referencia entonces podemos evaluar pero sin marco de referencia todo es posible… Lo que puedo es enseñar a elegir porque no todas las direcciones son posibles al mismo tiempo. Entonces invito a practicar elegir ante la inmensidad de posibilidades una por una en cada momento.  

Sin embargo tenés fama de ser un maestro estricto y de tu método ser bastante rígido. En este sentido ¿qué pensás de la disciplina en la danza: la criticás o apostás a ella?

Mi trabajo más que una crítica es otra opción en el mercado de la danza. Es otro entrenamiento para estar sintonizados con nuestro cuerpo y con el de los demás y del ámbito donde estamos bailando. Lo que más me gusta es practicar el espacio social de una danza en una clase o en una fiesta o en una pieza, pero también es un entrenamiento muy estricto en el sentido que tienes que hacerlo todo el tiempo completamente presente a menos que hayas venido de un entrenamiento de Kung Fu o Tai chi durante mucho tiempo. Se dice que el ballet es la madre de todas las danzas pero para serte sincero meterte en ballet te ayuda sólo para hacer ballet porque a la hora de salvarte en una montaña el ballet no va a ayudarte, es demasiado específico. Pero siempre se ha llamado la madre porque la verdad es bonito de ver, pero es específico y a mi me gusta usar programas más universales, que puedas usar en diferentes momentos y situaciones. Las artes marciales por en Asia o en África la Capoeira son buenos ejemplos de ello.
Lo que me interesa proponer no es que sea un trabajo rígido sino que se practique completo: que te involucres completamente. Tanto como cuando dices me he enamorado de eso - en inglés i fall in love-, caer en lo que significa amor, algo así como entrar en el océano: si te metes en él te llena por dentro, por fuera. No es la idea de lo que es el amor, no la idea de lo que es el passing through, o la idea de lo que significa ser vegetariano, no. Lo haces completamente arraigado a la tierra. Y ahora más que nunca, porque es muy fácil hoy en día perder los pies.

Zambrano critica la forma en que cada vez más pagamos para que nos ayuden a vivir y nos obsesionamos con la idea de que cuántas más cosas hagamos mejores somos. Como bailarines y artistas tenemos que saber hacer todo, crear, producir, tomar cursos, hacer obras, ir a festivales, aprender técnicas y más y más técnicas, aún cuando no sepas usar lo que ya has aprendido. El venezolano cree en practicar algo toda la vida y de modo lleno en vez de esta vorágine que describe así:

Todavía nuestras emociones nos dominan y cuando consigues ver a alguien que está “puesto” y que pasa por las emociones y enseguida está listo para ayudarte más que para dejarse contaminar por las emociones que me pasaste etc, es muy bueno. Eso es básico para la todo y no sólo para la danza. Como en la danza trabajamos con el cuerpo muchos de esos patrones de comportamiento detienen la creatividad.  

¿Cómo es en tu técnica el equilibro entre la propiocepción y la consciencia del bailarín del ambiente donde está inmerso y de su relación con los otros?

Para mi son parte de lo mismo: mi vida es mi danza y mi danza puede ser cualquier aspecto de mi vida. Cuando bailo mi cuerpo está moviéndose, vibrando, a través de mi danza he aprendido mucho y me ha dejado completamente lleno.  Mis dibujos es mi danza y la danza es mi vida. Nunca me ha gustado esa actitud de la gente que te dice no hablemos de mi trabajo ahora porque estoy descansando. Tu aprendes Kung Fu cuando lo vives todos los días todo el tiempo: no estás en un restaurant con tu familia y vienen a atacarte y tu dices “espera tengo que calentar”. Es lo mismo cuando me preguntan si extraño Venezuela y yo digo, no extraño porque está conmigo todo los días en todas las cosas de mi vida. Lo mismo con la danza, en los mejores o peores momentos la danza está ahí.  

Uno de los trabajos que presentaste en montevideo - "A solo for Mr Folk” interpretado por Milan Herich- es una deconstrucción de danzas folclóricas tradicionales eslovacas, reconstruidas en una “danza pop surrealista y corriente” según tus palabras. Hace años también creaste las obras “Fetiche” (1987) sobre el folklore de la población negra de las costas de Venezuela, creada a partir de una serie de pinturas de la artista visual Lucia Padilla y de la música del compositor venezolano Miguel Noya, y “Hecho en Venezuela” (1988), un solo improvisado realizado en completo silencio. ¿Qué te interesa del folklore y como lo has pensado y experimentado en estas creaciones?

Me encanta el aspecto social del baile y el folklore especialmente el venezolano y el eslovaco lo aprendes en los pueblos celebrando con la gente del pueblo; lo aprendes y se va transmitiendo haciéndolo, y cuando se aprende así llega a ser parte de tu vida diaria y en cualquier momento si oyes la música te levantas y haces los pasitos. Está incorporado a tu vida, ni siquiera lo tienes que pensar. Ese aspecto me gusta muchísimo. También el folklore o bailes tradicionales están muy arraigados a la tierra. Se pone el pie en la tierra, se sacude, se golpea, tiene su parte lírica y su parte melódica, la gente se agarra a la tierra, está relacionado con el apareamiento (encontrar a alguien para hacer bebés), con diferentes cambios climáticos, con nuestra conexión con la tierra, se le canta al mar, a Xangó: son cosas que nos ayudan a recordar que somos terrestres y que estamos interconectados
con tu abuela, la hija de tu hijo, tus mejores amigos, tus espíritus. Todo el mundo está bailando. Por eso todavía me gusta usarlo.

¿Qué pensas sobre la evolución de la danza contemporánea más conceptual?

Los conceptos siempre me han gustado lo que pasa es que me gustan los conceptos que mueven nuestra imaginación o que nos hacen movernos de otras formas que no estamos acostumbrados o que realmente abren el apetito de la curiosidad. Pero hay conceptos muy racionales que se mueven muy bien pero que no pasa nada, no hay ninguna conexión con nada. Son escritos de gente que no ha vivido una hambruna o una guerra o no han vivido realmente llegar a lo mínimo de expresión humana por algo que nos ha pasado en la vida o no ha tenido un orgasmo maravilloso por muchos días y no solo una vez, entonces esa dimensión experiencial es dejada atrás para poner por encima nuestro punto de vista verbal
y entonces la palabra tiene más fuerza que lo experiencial, tiene más fuerza que salir corriendo a ayudar a alguien. El análisis de porqué nuestro orgasmo fue fantástico anoche jamás lo haría pero en el mundo conceptual si se hace para entender muy bien cada emoción. Otro ejemplo es analizar a alguien meditando: quién sabe lo que es meditar es quien lo hace. Lo experiencial no se puede conceptualizar, encerrar, escribir… Necesitamos
usar nuestros poderes, estar más llenos: eso muchas veces no se enseña. Se enseñan más que nada ideas: la idea del socialismo real. ¡Vamos a practicar la idea del socialismo real!¿Cómo? Robando a todo el país.

Sobre Venezuela dice:

Venezuela está muy jodida ahora. me da mucha tristeza y mucha rabia y lo digo sobre todo a partir del 2012 cuando hubo una manifestación en la que mataron a muchísimos estudiantes. Me apena mucho como se ha robado al país, como se lo ha reducido a la mínima expresión. Inclusive ya le cambiaron el nombre. Ya no es la venezuela en donde yo nací sino que se llama República Bolivariana. Ya con eso te digo todo: todo lo han cambiado y todo siempre cambia pero uno tenía la experiencia de un cambio más interconectado. Chávez empezó un programa fantástico donde dijo “voy a ayudar a los pobres” pero a los que se queden pobres mismo porque si llega a clase media entonces no me va a apoyar y no me va a ayudar pero si se queda pobre, ignorante y me sigue apoyando seguro que voy a estar con él todo el tiempo. Pero la cantidad de cosas que se han robado todos los que estaban al lado de Chávez.Lo que me gustaba de él era que robaba pero también daba…no como ahora. En Venezuela se ha olvidado todo en nombre del socialismo, se ha perdido todo en nombre de una idea, de un concepto. Y Chávez es fantástico pero es muy dictador, tanto como yo en mis clases.  
Yo al socialismo lo aprendí en casa y la forma en que vivo es compartida y compartiendo.
Cuando Chávez fue electo pensé “es uno de los mejores cambios para Venezuela”.. por dos años: después se jodió todo. Desde el 2006 no voy a Venezuela pero sé que en cualquier momento explota.  Yo no soy de derecha ni tampoco soy ahora mismo de izquierda, porque la verdad es que me cuesta  pensar que soy de izquierda. Prefiero pensar que soy de centro (risas). Porque los dos extremos son terribles.

Habiendo enseñado y performado antes en Uruguay, ¿cómo fue la experiencia esta vez?

En uruguay este año ha sido un poco difícil, diferente a otros años, porque en otros años tenía a estudiantes que venían de otras facultades o lenguajes, venían de circo, de teatro, teatro danza o diferentes bagages y ahora tengo solamente bailarines que vienen de diferentes instituciones, o sea que ya la danza en uruguay se está institucionalizando y eso puede ser un peligro. Por un lado es fantástico porque se le da más respeto a la danza como profesión y por el otro es peligroso porque inmediatamente se define lo que es danza y no se puede hacer más nada porque las instituciones usualmente no te dan la posibilidad de jugar o de practicar espontáneamente lo que vas aprendiendo todos los días en las clases. Entonces en otras palabras aquí hace falta jugar espontáneamente con lo que vas aprendiendo todos los días en las clases.

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