jueves, 5 de junio de 2014

Fuera de lugar. Sobre "NiJe" de Federica Folco y Sofía Lans




Fuera de Lugar. Versión no editada: 

Sofìa Lans debe tener unos 24 o 25 años, ponele. Es bailarina y se ve en su cuerpo, mirada, curriculum, técnica. Sobre todo, es bailarina en términos de la potencia comunicativa de cada segundo de su movimiento y de su quietud.

Para espectadores asiduos a la danza o al trabajo de Federica Folco, Sofìa no es una extraña ya que bajo su dirección y como integrante de la Compañía de Danza Periférico ha participado en obras como Periférico y Vacío que exploran diferentes relaciones entre cuerpo, tango y danza contemporánea. También ha incursionado en otras colaboraciones y direcciones, como integrante del colectivo de artistas jóvenes Liebre-gato y rotando en los roles de asistente de dirección, creadora o intérprete, creando un percurso diverso y alimentado por múltiples referencias y experiencias relacionadas a la creación y a la investigación (también teórica) en danza. NiJe usa todas esas experiencias para configurar una pócima que suspende cualquier pasado y futuro en un presente imposible de detener, aunque parezca suspenderse durante algunos silencios de movimiento, o en cada centimétrica aproximación a alguna de las dos filas de espectadores que organizan el espacio de modo similar a uncorredor. El uno-y-otro lado del espacio coreográfico es desachatado por una dramaturgia llena de espirales y curvas, que desestabiliza la frontalidad que en un inicio nos hizo encontrarnos en el medio del campo visual de los espectadores de enfrente. En ese espacio vacío y rectangular, de piso de madera al que habitan ruidos de la calle e internos, NiJe presenta la danza de un cuerpo-madeja, que teje una red de miradas en sus trayectos, soltando palabras que se adhieren a la memoria y engrosan la imaginación. De un lado o del otro, el cuerpo nos ofrece una perspectiva pero nos oculta otra, llamando la atención sobre la mirada de los otros desde una empatía un poco celosa. Por momentos se vuelve violento el pacto teatral que ha habituado a la mirada a convertir lo esfèrico en plano, con la complice teoría de un punto de vista único. Como si no hubiera siempre algo que se le escapa hasta a la mejor de las perspectivas. El olvido de esa otra perspectiva es imposible en NiJe que en el correr de la pieza juega a transformar esa falta en imaginación o deseo: quisiera levantarme e ir hasta el otro lado, querría ser los ojos del lugar simultaneizando mi percepción por todo el tiempo y espacio. Si juntaramos las miradas podríamos entre todos dar cuenta de ese objetivo. NiJe nace de un diálogo entre artista (directora) y artista (bailarina-creadora) y la pieza hereda esa dinámica de dos. Díada que se tranforma en tríada:yo, vos, nosotros. Un cuerpo ambiguo tomándose muy enserio, tomándose muy en broma y ambas cosas a la vez.

NiJe es un estudio sobre cómo lo sutil y lo irreverente pueden encontrarse y provocar derrames de sentidos, caos hermenéuticos. NiJe Es una danza nitzscheana y erótica. Coreografía nihlista que cuida del espectador desalineando la distancia que puede mediar entre cuerpo artista y cuerpo audiencia, entre movimiento y pensamiento, entre lo dramático y lo lúdico, entre lo temático y lo abstracto. Desordenando la belleza de un cuerpo inevitablemente sensual, tan vivo. La técnica de sorprenderse emana en Sofía la poética de una percepción resplandeciente. Sin elementos escénicos. Sin sonido más que el del cuerpo. Casi sin artificios lumúnicos. Con un vestuario tan cualquiera y tan ese. Sofìa estira sus bordes y fuerza equilibrios imposibles hasta caer, habitando justo antes de ese instante diagonales anti verticalistas. Desjerarquizando el cuerpo y provocándolo camorreramente a una lucha con él mismo.

Toda virtud debe ser la propia invención de uno, la íntima defensa y necesidad de uno; en cualquier otro sentido sólo es un peligro. Lo que no está condicionado por nuestra vida, la perjudica... La “virtud”, el “deber”, el “bien en sí”, el bien impersonal y universal; todo esto son quimeras en las que se expresa la decadencia, la debilidad última de la vida (...) cada cual debe inventarse su propia virtud, su propio imperativo categórico” dice Nietzsche, y mientras miro estos 45 minutos de algo que podría llamarse danza, digo también filosofia.

Pensamientos cinéticos de un cuerpo del momento justo después de un orgasmo. Del momento justo antes del próximo. Buscando el placer sin complacencia. Con la soltura de haber rugido y de sentir una desfiguración de sus límites. Que grita: estoy viva y blasfema para que oigamos mejor. Que se calla para que sigamos escuchando. Que habla con una lengua que más tarde toca al aire y brilla como un clítoris gigante y húmedo que invita sin culpa lástima pudor. NiJe podrìa ser una escenificación de la locura si no se planteara en un territorio lindero a la broma, en la frontera entre los sentidos y aquello que tiene – o no – sentido. Percepción que ensaya perderse saliendo del perímetro bello y controlado que otra danza tan paciente y disciplinadamente trazó. Quizás así se quiebre algún hueso o tu pasiva expectancia, o mi poco riesgosa actitud demostrativa. Se rompe la imágen para crear otra, y otra hasta ser chupada y acabarse.

Ni-je. sofìafederica. Ni una ni la otra pero ambas. El espacio entre dos mujeres que podrían ser madre e hija, o amantes, amigas, hermanas, o nada. Entre un ping pong de miradas, un cuerpo en su redondez inaplanable. Voy con ella a recorrer todos los puntos de no contacto con esta sala de conferencias y confidencias. Sala de conferir que estamos vivos y que ninguna realidad o argumento es más potente que la realización de esa pequeña serie de eventos que llamamos vida, deseo, sexo, mamá, mirada, humedades que salen a buscar empapar. Algo me llora aunque lo niego por motivos prácticos. Movida y sin poder traducir. Nije es una pieza nihlista, anti edípica,
de humor y de humores . Esos inagotables hasta que el cuerpo se muera y termine de empezar a secarse. El deseo de moverme de lugar se inició en la mirada pero pronto como un virus de fácil contagio pasó a ser cuerpo todo.
NiJe declara su pequeña gran guerra a los conceptos de verdadero y falso, de correcto e inapropiado, de mujer o niña, de juego o de sexo. Mientras el cuerpo escapa de su propio equlibrio - estrategia escapista o transformista – una mujer se dibuja y redibuja en fugas riesgosas que se enamoran de la gravedad y se dejan caer en ella. Una palabra o más se escapa, confidente y secreta, y toca a unos dos o tres de entre todos los presentes. Secretos y guiños, tan titilantes que dudo si sucedieron, si todo esto fue real o mi propio viaje. De la suspención de esa duda nace este cuerpo/texto.


Mayo - Junio 2014. 
Sala de Conferencias Teatro Solis


Creación y danza Sofía Lans
Creación y dirección Federica Folco
Concepto sonoro Fernando Goicoechea
Diseño de iluminación Ivana Domínguez
Vestuario Cecilia Morales
Imagen Patricia Moreno
Diseño gráfico Fernanda Piñeirúa
Producción Marina Monti





La cocina y el epílogo: ¡sobre qué difícil escribir sobre danza en un periódico!


el editor de cultura de la diaria (Tussi) me escribe entre otras cosas, éstas:

"...de pique le saqué un "ponele"- pero me pareció un poco interiorizada de más, tanto por la percepción muy subjetiva como porque -algo que ya te ha pasado- me parece que la describís demasiado con la expresividad intencional propia del gremio. Es posible que cuatro de cada cinco que la lean compartan esa misma percepción conceptual, pero a mí siempre me importa el quinto curioso, que posiblemente quede un poco radiado por la falta de marco histórico-referencial. Por otra parte es complicado el tratar de transformar las sensaciones subjetivas de un espectáculo cinético en literatura; tenés un buen lenguaje pero al no haber equivalentes directos en el lenguaje, por momentos redundás un poco.  (...) Todos tendemos a tratar de darle forma literaria a las notas periodísticas, pero el secreto está en que no se note (yo soy de la escuela JLB, el más estilizado de los escritores pero el que más se hacía el gil al respecto) y eliminar cualquier recurso que pueda sonar como una floritura innecesaria. Mi tendencia como editor es respetar los estilemas de los reseñadores, pero cuando pasan demasiado al frente prefiero convencionalizar un poco. En fin, lo que te puedo decir en resumen es que lo ideal en una reseña es que, aunque todos sepamos que se está escribiendo para un conjunto limitado de iniciados, intentar que la misma siempre esté formalmente orientada hacia el lector accidental, porque lo ideal es abrir lo que puede ser una conversación endogámica.
Y nada; usted quería una devolución y aquí la tiene."

Gracias Gonzalo y ahora  a ver qué hago con todo esto en la próxima de las reseñas. Se aceptan sugerencias, comentarios, otras notas. 

Continuará... 

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