viernes, 21 de agosto de 2015

el cuerpo es sensaciones... / entrevista a Sheila Ribeiro en la diaria




Ambientes con tonus



El cuerpo son sensaciones de gente por ahí



Diálogo con Sheila Ribeiro sobre cuerpos, culturas y la calle en la contemporaneidad



Sheila Ribeiro se autodefine como artista interesada por las dinámicas de comunicación contemporánea. Explora ilusión, deseo, dislocamiento y cuerpo poetizando tensiones estético-políticas de las culturas a través de conceptos, eventos, coreografías, instalaciones, audiovisuales, psico-esculturas y arte web.



Aunque según Sheila, Dona Orpheline ya no existe más, ha sido por muchos años su “heterónimo transitivo y zona de colaboración”, y el paraguas bajo el que ha trabajado en tránsito entre países como Brasil, Canadá, China, el Líbano y Europa, desarrollando un lenguaje artístico transcultural. 15 años atrás su trabajo se orientó hacia la cultura digital y el cuerpo, interesándose por discutir sus conceptos actuales yendo más allá de las posibilidades tecnológicas en sí.



Sus páginas web ( http://sheilaribeiro.net/ y http://chamandoela.com/ ) son encaradas más como obras de arte en sí que como meros portales informativos, dándonos pistas de que no hay disociación entre los planos virtual y presencial de su trabajo. Ribeiro colabora con artistas de la danza pero también de la fotografía, la moda, la comunicación, las ciencias sociales, la tecnología, siendo Massimo Canevacci no sólo su esposo sino una importante influencia en su trabajo y pensamiento. Otros colaboradores cercanos son Bénoit Lachambre, Wagner Schwartz, Sophie Deraspe, Cristian Duarte. En cuanto a su carrera académica Ribeiro recibió el pasado año el título de doctora en Comunicación y Semiótica de la Universidad Católica de Sao Paulo, siendo “cuerpo, metrópolis/líbido y confusión” o la tensión entre lo analógico y digital en la comunicación contemporánea sus principales líneas de investigación. La artista es también la creadora y articuladora inicial (aunque ya no lo integra) de un proyecto editorial llamado 7x7 (seteporsete.net)   - que yo misma integro desde el 2013 junto a 6 artistas brasileros - y cuyo objetivo es crear horizontalidad a través de modos diversos de compartir reverberaciones en diferentes formatos (textos, videos, imágenes), como una gran wikipedia de la danza contemporánea que pueda quebrar la verticalización de lo oficial (y de sus parámetros de legitimación o deslegitimación).  



A Montevideo Sheila vino con dos planes. Por un lado realizar un taller en el Instituto Nacional de Artes Escénicas titulado “Encuentro y creación” de duración de 5 días. Por otro compartir junto al Programa de Residencias PAR - que a cargo de Vera Garat y Tamara Gómez lleva adelante una enérgica gestión posibilitando residencias e intercambios entre artistas extranjeros y el medio uruguayo - y a un grupo interdisciplinario de artistas convocados para la ocasión, un espacio de creación junto a  su “compañía de conceptos”Chamando Ela, obra en proceso y de larga duración que Ribeiro desarrolla junto a los fotógrafos Lima y Meirelles.



En relación a su trabajo Ribeiro señala que “cruza tensiones de cuatro intereses principales: moda, cultura digital, salud mental y danza. Y en ellas yo propongo intimidad con el supuesto “mundo de los otros que también es el mío”. Para la artista estos cuatro ejes son zonas de poder: “entro en ellos, estoy en ellos, para entenderlos y dislocarlos, reproponiendo otros mundos, un deseo de compartir posibilidades de complejidad, de intimidad y de broma”.



El humor y la sexualidad son otros ingredientes presentes en sus trabajos, tanto los desarrollados individual como conectivamente. Conversamos con la artista sobre cómo entiende y explora estos intereses, cuya relación no es ni evidente ni frecuente.  



La MODA como líbido (querer que te guste vivir), estar en la ciudad - en la calle o en la web - más allá de cualquier frontera que delimita “áreas” (geográficas, culturales). Veo la MODA como propuesta de invención de mundos, un “viento en el cabello” de la comunicación individual, colectiva y conectiva.”



A la cultura DIGITAL la veo como un idioma, el “verdadero” esperanto. Lengua inventada que es diálogo, construcción, creación, dependencia, resistencia, todo lo que es transformación y entendimiento y posición sobre el capitalismo glocal. Por eso me gusta acompañar su evolución. No hay nada ni nadie que no haya sido afectado por la lógica digital (sea que le guste o que la deteste o que piense que solamente la usa). Lo digital es una cosa que cambia todo el tiempo, es mejor entenderlo. La danza siempre fue parte de mi vida, de muy temprano-chica fui bailarina de “país colonial”, tengo un trabajo de coreógrafa contemporánea que pasó por muchas etapas, lugares, personas, llegando finalmente en la descreencia total de muchos formatos.”



Respecto a la relación entre cuerpo y cultura digital la artista entiende que “El cuerpo transpira todo de una cultura, por todos los poros: la cultura turística, la de los medios, la de las instituciones… la danza es un ambiente de tensión, de protección, de clichés, de pérdida de todos ellos: un síntoma:”



Interesada en el poder y el colonialismo (y en el autocolonialismo) el abordaje de Sheila respecto a la salud mental es político más que terapéutico. Según la brasilera-canadiense “La salud MENTAL es una lucha, y como todos los otros ejes, entender la cuestión de la locura es entender la cuestión de la exclusión y de la inclusión de valores vigentes de comportamiento y normalidad.”



Sobre por qué le ha interesado trabajar fuera de su país e incluso fuera del circuito mainstream de la danza, Ribeiro responde con una anécdota que entrecruza lo personal con lo político, develando su mirada sobre los circuitos de circulación y producción del arte contemporáneo: “Yo trabajé durante 8 años en la compañía del coreógrafo canadiense Benoit Lachambre y con él, entendí la dinámica de estar en festivales, de ir a fiestas, de leer artículos sobre legitimidad, pertinencia, amor y desamor de nuestras propuestas. Un día, uno de los artistas murió atropellado y yo entendí que, si hubiera sido yo, habría preferido vivir otras cosas.”



Sheila fue bailarina de danza del vientre y participó del movimiento haker de fines de los 90s, es decir, un perfil difícil de clasificar y que en su compleja diversidad nos hace entender porque afirma enfáticamente que “odia que la etiqueten” con rótulos finalistas tipo “coreógrafa” o “académica”. Al preguntarle qué búsquedas y que hallazgos, dan fuerza y motivación a su trabajo, ella responde: “Encuentro el lujo de continuar buscando y de enfocarme en observar la búsqueda de los otros”. Al mismo tiempo Sheila duda sobre si considera o no su trabajo como “político” argumentando que “...la política cambió. La política no es más la “polis”, ciudad analógica. Para mi, la “política” es estar atravesada en y por la comunicación. Si consideras eso político, entonces mi trabajo es político.”



Al aludir al reciente vigésimo aniversario de su trayectoria como creadora le preguntamos cómo describiría las transformaciones que su trabajo ha tenido desde el inicio hasta ahora: “Antes yo tenía una motivación en denuncia y crítica, muy fuerte. Hoy, me parece que esa forma de hacer arte pertenece a solamente un grupo. Yo quiero pertenecer a todo y todos y a nada y a nadie. Mi trabajo propone lo incompleto a ser completado/llenado.”



Al preguntarle sobre cómo piensa en el cuerpo en la contemporaneidad y sobre cómo una artista de “la danza” acabó por trabajar desde el concepto de cultura digital, Sheila dice:No puedo responder sobre lo que sucede con “el cuerpo en la contemporaneidad” porque no creo que exista ni “un cuerpo” ni “una contemporaneidad”. Lo que existen, para mi, son personas viviendo entre tensiones de lugares y medios, haciendo sus cosas, o intentando. Muy pronto, existen maneras de encuadrar trabajos, acciones y formas de vivir (el “cuerpo” en las instituciones para las artes, en los manicomios, en facebook) y es eso lo que sucede con “el cuerpo y la contemporaneidad”. El cuerpo para mi no existe por sí solo. O aún más “el cuerpo” son historias y sensaciones de gente por ahí. Algunos matan, otros quieren vivir - a veces muy escondidos y tranquilos (por pereza o resistencia) y a veces muy narcisistas (por pereza o resistencia). Así tenemos la slow-food y Estado Islámico en 2015. La danza digiere de manera abstracta los ambientes y tal vez yo llamo eso de cuerpo: ¿contextos con tonus?. Más específicamente, vengo trabajando con la lógica de lo digital: navegar, invadir, el  spam, el virus, la auto y heterorepresentación, los vectores, lo fake.”



Sheila lleva en Montevideo más de 10 días - ciudad que visita por segunda vez -  y describe algunas cosas que ha oído y le llaman la atención: que el asesinato de Khalad al-Assad en Siria y el Nadia Vera en México necesitan ser pensadas como cosas uruguayas; que la mandarina tiene un olor fuerte a ser evitado por un tipo de clase media; que vivir en un balneario puede ser una forma de resistencia; que existe tango flúor del nuevo uruguayo”.  Y sobre lo que piensa de todo esto responde “el sábado en el EAC se presenta Chamando Ela, trío en el que yo participo con Tiago Lima y Joao Meirelles, y ahí vamos a presentar lo que nos llamó la atención.“.



Chamando ela trabaja en un espacio liminal entre moda, cuerpo, danza, comunicación y culturas. De esta forma disloca, cambia, juega, invierte, recrea y revierte padrones, abriendo nuevas perspectivas y posibilidades. Hace investigación - casi etnográfica- y la transforma en otras modas posibles, nuevas mitologías contemporáneas de cuerpos.



En su divulgación Chamando Ela,  es descrito como “un hub de delicias para un mundo que ya no se sabe lo que es. Dependiendo la instancia y la necesidad, puede ser intervención, performance, instalación, exposición, publicidad, música, libro, espectáculo... pero siempre cuerpo, siempre moda expandida”. La invitación al cierre de la residencia y presentación de proyecto y del libro homónimo es abierta y queda extendida para el Sábado 22 de agosto a las 19hs en el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC).








No hay comentarios:

Publicar un comentario